Concha García
Extravío
Viajamos. En un lugar preciso
inexpresivas bajamos la maleta.
El rumor da paso a la escalera
y después nos rodeamos con los brazos.
Abre una. La otra no sabe
si la emoción durará,
sabe que en el fondo, muy en él,
una lluvia de cosas tontas
comenzará a anegar un poco
la pared. Chiquillería y portazos.
Suave viento que estrena la ciudad.
La silueta de ambas en un futuro
ya lejano. Se deduce en ese instante,
un hermoso minuto, y si la pena
es una alteración depresiva del ánimo
cuando se pierde algo,
la melancolía surge cuando el objeto
extraviado es una misma.
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