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viernes, 13 de junio de 2014

PRENSA. "El libro y su precio, en todos los eslabones de su cadena de valor"

   En "El País":

El libro y su precio, en todos los eslabones de su cadena de valor

Qué papel cumple cada uno de los agentes de la cadena de valor del libro y qué porcentaje de su precio corresponde a cada uno


El escritor Eduardo Mendoza (izquierda) en una imprenta digital. / CARLOS ROSILLO
“Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre”, este es el primer punto del famoso decálogo del escritor de Augusto Monterroso. Y muchos lo siguen. Solo en España hay unos 4.000 autores en la Asociación Colegial de Escritores (ACE).
La gran mayoría lo hace por amor al arte, o a sí mismos, pero no porque de ello vayan a vivir. Aunque muchos sueñen con lograrlo. Pero son ellos, los autores, quienes se quedan con el menor porcentaje de lo que cuesta un libro: alrededor del 10%. El resto se distribuye entre editor, distribuidor y librero que corren con los gastos de hacerlo llegar al lector. Y cada vez son menos los beneficios, no solo por el descenso en la facturación (en seis años ha caído casi un 40%), sino también por la piratería: se calcula que cada año se dejan de ingresar por ella unos 300 millones de euros.


Los eslabones de la creación y la producción de un libro
Cada día en España se registran 220 títulos de libros (80.206, el año pasado). De todos ellos se vendieron unos 170 millones de ejemplares, a una media de 14 euros por libro. Páginas y páginas escritas por no se sabe cuántos autores, en realidad. “La gran mayoría son profesionales (profesores, periodistas, abogados, médicos...)”, cuenta Rogelio Blanco, presidente de ACE. Pocos, añade, son capaces de vivir de modo constante y permanente de su quehacer creativo. En los últimos años, reconoce, “son conocidos casos de retirarse, tras un éxito, de la tarea que les aportaba recursos y que se han visto obligados a volver a ella. Los medios escritos y visuales han sido complemento o sostén para numerosos escritores”.
El primer libro data de hace unos 3.500 años: la Epopeya de Gilgamesh, narración sumeria escrita en tablillas de arcilla. Después, llegaron los rollos de papiro, los códices y en 1440 Gutenberg creó la imprenta moderna y con ella el libro impreso como, más o menos, lo conocemos hasta hoy. Ahora el libro vive su quinta mutación al diversificarse en electrónico (cuyas posibilidades técnicas y creativas apenas ha empezado). Y, por si fuera poco, emerge y se extiende un nuevo mundo: la autoedición.

PRENSA CULTURAL. Creación y producción de un libro

   En "El País":

sábado, 15 de febrero de 2014

PRENSA CULTURAL. Citas sobre la lectura y el libro. (De "El País")


1. “Cuando se lee no se aprende algo, se convierte uno en algo”, Goethe.




2. “El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir, Daniel Pennac.




3. “El arte de leer es, en gran parte, el arte de volver a encontrar la vida en los libros y, gracias a ellos, de comprenderla mejor”, André Maurois.




4. “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; los demás son extensiones de su cuerpo… Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”, Borges.

viernes, 6 de julio de 2012

PRENSA CULTURAL. "El libro de nunca acabar", por Jusan Cruz

Dibujo de Raquel Marín ("El País")

   En "El País":
El libro de nunca acabar
   Al libro lo han estado matando casi desde que nació. Ahora la disyuntiva no es solo papel o Red; la pregunta que se hace el sector editorial es si la cultura del libro, tal como se ha ido conociendo, puede sobrevivir.
   Juan Cruz 29 FEB 2012

   Leamos: "Antes de que se acabe este siglo, el periodismo será todo lo que se imprima, abarcará todo el conocimiento humano. El pensamiento se expandirá por el mundo a la velocidad de la luz, concebido al instante, instantáneamente escrito, entendido de inmediato. Cubrirá la Tierra de un polo al otro: súbito, instantáneo, inflamado del fervor del alma que lo alumbró. Será el reino de la palabra humana en toda su plenitud. El pensamiento no tendrá tiempo de madurar, acumularse en la forma, morosa y tardía, de un libro. Hoy el único libro posible es un periódico".
   Hasta el penúltimo punto, parece que el autor habla de la Red, esta bendición tan mal interpretada por los que no la desean y tan bien pregonada por los que la consideran el centro del porvenir de toda la cultura escrita. Pero ese largo excurso acerca del porvenir de lo que se imprime se refiere pura y exclusivamente al enorme porvenir que se le concedía en el primer tercio del siglo XIX al invento de los inventos: el periódico impreso, que después de años de experimentación más o menos afortunada al fin tomaba la forma que han ido teniendo los diarios.
   Y quien escribió eso fue el poeta y político francés Alphonse Lamartine en 1831; fue recogido en su libro ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? por el profesor norteamericano Nicholas Carr, empeñado en hallar encuentros entre las nuevas tecnologías y las viejas tecnologías de las que venimos. Carr encontró otras advertencias sobre el final del libro tal como lo concibió Gutenberg; desde entonces hasta ahora, los más diversos gurús han tenido la certidumbre de que el formato libro, tal como lo hemos conocido, estaba herido de muerte.
   Cuando están más cerca de acertar estos gurús es ahora mismo, pues cada vez es más inmediata la evidencia de que la tecnología sustitutiva del libro, los iPads, Kindles y otros aparatos de distribución de lo impreso, ha alcanzado un nivel de desarrollo que ya es imposible de parar. Al contrario de lo que pasaba en tiempos de Lamartine, esta invasión tecnológica que va a suceder está aquí para quedarse y para sustituir al papel como vehículo del pensamiento o la ficción.
   Lo que sucede empezó a suceder hace nada, pero ha sido tan imparable como inesperada la virulencia con la que esta novedad se ha impuesto. Y ya es irreversible, algunos pensarán que para bien, otros dirán que para regular, pero ya no importa nada: ahí está, supone una revolución, nadie podrá con ella. Lamartine creía que los periódicos eran la letra impresa que serviría de correa de transmisión del pensamiento, que dejaría de ser reposado para convertirse en instantáneo; eso que iba a ser el periódico es ahora Internet; la Red es instantánea, expresa lo que ha sido instantáneamente escrito, y es "súbito, instantáneo, inflamado del fervor del alma que lo alumbró".
   El hombre siempre ha buscado esa instantaneidad, y para eso inventó primero la radio y luego la televisión, para saber de todo en seguida. La radio cumplió el propósito que sigue cumpliendo. ¿La tele? Ese es otro cantar de los cantares.
   En su voluntad profética, Lamartine cometió un único error: lo que él creía que iba a hacer el periódico (de papel) que entonces venía a revolucionar la materia escrita lo está consiguiendo la Red. Y en esa lucha ahora desigual es la propia prensa impresa la que, con el libro que conocíamos, corre la probable suerte de pasar a otra vida, o quizá a mejor vida; en todo caso, a otra vida.
   El porvenir es ese; lo dicen los gurús y lo conceden los que hasta el momento se resistían a entender que el papel sería virtual, y va a ser virtual. ¿Cuándo? Hace dos años, el veterano periodista francés Jean Daniel me dijo en París que "probablemente este periódico [Le Monde era el diario que mostraba] será un día un suplemento de una web de Internet". Y su colega y coetáneo Eugenio Scalfari (el fundador de La Repubblica), me dijo en Roma, cuando le advertí que sabios norteamericanos auguraban una fecha exacta para el final de los diarios de papel, si acaso esos gurús decían a qué hora se podría observar ese fenómeno…
   Bromas aparte, ya ha pasado lo que auguraba Daniel, no exactamente con Le Monde, pero sí con diarios (como The Guardian) cuyos directivos han expresado su deseo de convertirse en medios casi exclusivamente dedicados a servir a sus lectores a través de la Red.
   Y al libro le está aguardando el mismo porvenir, aunque hasta ahora, como dice Beatriz de Moura, la directora de Tusquets, muchos editores analógicos están quedándose un rato atrás para observar con serenidad los movimientos que hace la industria para despojarse de las virtudes de su pasado y adentrarse en la Red como fórmula habitual para sacar adelante sus productos.
   Los últimos tiempos han sido frenéticos; desde 2008 se sucedieron, en Estados Unidos, los cierres de grandes librerías, a favor de instrumentos mucho más eficaces y agresivos de distribución y venta; muchas editoriales potentes anunciaron entonces a autores que les fueron rentables que ya no les servían sus manuscritos, e incluso dieron por concluidos los contratos de lectores de lo que recibían en sus abrumadores correos (postales) de antaño. Y, además, Amazon (y agentes y autores) están pensando seriamente en abandonar los raíles habituales de edición, distribución y venta para confiar a la Red todas esas tareas que antes conocían un proceso lento pero seguro: el autor escribía, el agente representaba sus intereses ante el editor, y el editor se agenciaba los distribuidores más adecuados ante libreros cuya tradición era (lo es aún) sacrosanta.
   Esa estructura ha saltado por los aires, y el sector anda en un revoltillo mental que acentúa su incertidumbre y hace aún más oscuro el porvenir de la crisis. En ese revoltillo se está divulgando una profecía que es tan peligrosa (para el futuro del libro) como cualquier desafío industrial o económico. Y es la previsible desfiguración de la personalidad del editor. El editor cuida los textos, trabaja a fondo el material que recibe y a veces hace tanto por un libro que cuando este sale de las plantas de impresión (¡y ya no será de las planchas, eso es seguro!) el autor siente el orgullo de haberlo hecho, pero también la gratitud (probable) a quien se lo ayudó a hacer…
   El libro ya no es lo que era, ya va siendo otra cosa; es probable que no lo sepamos ver o que no lo queramos ver aquellos que seguimos practicando la romántica teoría de que las dos fórmulas (el papel, lo virtual) van a coexistir; de una serie de entrevistas con algunos de los más importantes, e interesantes, editores del mundo, salí con la impresión de que el editor de siempre va a seguir siendo posible, y que coexistirá con el editor (o con la edición) del futuro…
   Esa coexistencia tendrá matices culturales o no será posible; la nueva estructura que viene propone nuevas aventuras económicas que han de enfrentarse a una creciente piratería en la Red, contra la que es muy difícil luchar; afecta a los derechos de autor, que ya no se pueden contrastar con el precio (más o menos elevado) del producto de papel, pues la Red obliga a abaratar los contenidos, y por tanto va a afectar a anticipos y a derechos de autor. Y el editor puede quedarse, si los autores lo estiman oportuno, sin la materia prima principal de su oficio, los originales, pues los creadores pueden optar por publicar por su cuenta y riesgo en canales que ahora pueden ser individuales, ajenos a la red tradicional editorial por la que Lamartine lloraba en 1831. Y ese es un riesgo que no tiene que ver con las cuentas…, de momento.
   Hay otros desafíos por delante; el tema está muy abierto; tanto que parece un lago de reflejos, dorados a veces y oscuros tantas veces más. Lo cierto, y esto lo tendría que decir otro Lamartine de esta época, es que al libro lo han estado matando, en cualquiera de sus formas, y siempre se ha sostenido. Porque el único libro posible es el libro, y libro se quedará, en las manos de Gütenberg o en las manos de Steve Jobs, por citar a dos de sus inventores muertos.

viernes, 18 de febrero de 2011

"El final del libro y el principio de la lectura: los libros electrónicos y el fenómeno Ipad", por José Antonio Cordón (Universidad de Salamanca)

El final del libro y el principio de la lectura: los libros electrónicos y el fenómeno Ipad

Por José Antonio Cordón. Universidad de Salamanca

   Introducción

   Los libros electrónicos son una realidad cada vez más consistente en el ámbito editorial, en el que los movimientos de mercado aleccionan sobre los posicionamientos favorables a los mismos emprendidos por las industrias culturales en general, y por las empresas de generación de contenidos en particular. La aparición de Google ebooks, como definitivamente se ha denominado a 'Google Editions', representa un cambio significativo de las reglas del juego al haber entrado Google en el negocio de la venta y distribución, pasando de la mera intermediación a una comercialización más directa. Parafraseando a Derrida (1998), lo que estos movimientos pergeñan es el fin del libro, en el sentido tradicional del término, y el nacimiento de nuevas formas de lectura. Aunque aún estemos en los tiempos en los que, volviendo al mismo autor, el orden del significado nunca es contemporáneo del orden del significante sino a lo sumo su reverso o su paralelo, cada vez se van aproximando más, conformando un binomio continente-contenido que se va articulando como modelo de negocio preferente, a pesar de los fracasos particulares que puedan representar iniciativas como las de 'Libranda' en España, imputables más a una carencia de fundamentos logísticos digitales que a falta de expectativas en el crecimiento del negocio.
   El fenómeno cobra una consistencia cada vez más sólida a tenor de los datos que se conocen sobre el sector. En USA, país que está marcando la tendencia en la evolución del mercado del libro electrónico, entre enero y agosto de 2010 las ventas se incrementaron en un 193% con respecto al mismo período en el año anterior. Según el informe de la Asociación de Editores Americanos (AAP): “Las ventas de libros (sin incluir los académicos) para el período enero-agosto de 2010 alcanzaron los 2.910 millones de dólares. Las ventas de e-books alcanzaron el 9,03% del total, comparada con 3,31% en todo 2009”. Además el informe revela un descenso paralelo de las ventas de libros en papel.
   En España, según los datos aportados por el 'Boletín del Observatorio del Libro y de la Lectura', en diciembre de 2010 (Ministerio de Cultura, 2010), la edi­ción elec­tró­nica, con un total de 12.839 libros, supone el 97,8% de la edi­ción en otros sopor­tes y el 16,0% de la edi­ción glo­bal. Frente al mismo periodo del año ante­rior, la edi­ción elec­tró­nica se ha incre­men­tado un 40,1%. En el 'Foro Internacional para Contenidos Digitales', celebrado en Madrid en noviembre de 2009 (Ficod, 2009) se vaticinaron cambios profundos en los modelos de negocio relativos al libro y a la prensa digital al hilo del crecimiento experimentado, que se han confirmado a lo largo de 2010, incrementando las expectativas generadas.

   Los hábitos de lectura en un contexto cambiante

   Las prácticas de lectura y compra de libros, y de otros documentos, están cambiando sustancialmente. Uno de los instrumentos que mejor fundamenta y da fe de este cambio, en España, es el informe 'Hábitos de Lectura y Compra de Libros' que publican la Federación de Gremios de Editores y el Ministerio de Cultura. Una herramienta que, con todas las prevenciones con que se puedan adoptar acerca de sus criterios y metodología (Pouliot, 2009), representa un instrumento único para conocer la evolución de lectura y lectores en España, por cuanto la serie histórica cuenta con más de diez años de antigüedad.
   Desde el año 2006 el informe comenzó a introducir datos sobre el uso de Internet en la lectura, sometiendo a observación los usos que se hacían de la red para ese cometido. Pero eran actividades que figuraban contempladas bajo el epígrafe de “Otras actividades y su relación con la lectura”. A partir de 2008 se incluye una sección específica dedicada a la lectura e Internet, donde se interroga sobre la frecuencia con que se lee prensa, se descargan libros o se busca información sobre ellos. Pero no es hasta 2010 cuando se introduce una variable nueva en los estudios, esto es, la forma en que se lee, pc, móvil, ereader, etc. lo que evidencia el cambio en los hábitos y la importancia que desde el punto de vista estadístico cobran estas nuevas formas de lectura. Además, el epígrafe bajo el que se agrupan los datos pasa a denominarse “la lectura en soporte digital”, otra muestra más del cambio de tendencia terminológico, reflejo del cambio en los usos.

LEER COMPLETO

domingo, 25 de abril de 2010

PRENSA (1). 25 abril 2010

En "El País":

1. Pesadilla. Columna de Manuel Vicent.

2. Pacheco. Columna de Juan Cruz sobre el poeta José Emilio Pacheco.

3. Los piratas ponen rumbo al libro. Reportaje de Antonio Fraguas. Escritores españoles empiezan a denunciar la copia fraudulenta de sus obras en Internet - Los expertos creen que la industria editorial tarda en reaccionar.

4. Sexo, drogas y micrófonos ocultos. Reportaje de Diego A. Manrique. La asombrosa dimensión del espionaje del FBI a las estrellas del rock.

5. La educación no es gasto, es inversión. Reportaje de Amanda Mars y J. A. Aunión. España necesita mantener el esfuerzo en formar su capital humano para ser competitiva, pero debe hacerlo mejor.

6. "Hoy no daría la batalla por el velo". Reportaje de Lola Galán. Fátima Elidrisi abrió la lucha por el 'hiyab' en España: "Perdí el tiempo".

7. La señal de la cruz. Artículo del escritor Vicente Molina Foix, sobre Líbano y las situaciones de guerra.

8. Causa general II. Artículo del escritor Andrés Trapiello. La neutralización del guerracivilismo español requiere el desmantelamiento de los símbolos de la dictadura franquista -por ejemplo, el Valle de los Caídos- y la condena explícita del golpe de Estado de 1936.

9. ¿Palestina soberana? Columna de Moisés Naím.

sábado, 24 de abril de 2010

PRENSA. 24 abril 2010


En "El País":

1. Alicia in Spain. Columna de Manuel Rivas sobre lo que está ocurriendo con el juez Garzón.

2. "La lengua es mi única riqueza". Por Javier Rodríguez Marcos. José Emilio Pacheco defiende la dignidad del español y de los escritores al recibir el galardón - "Somos miembros de una orden mendicante".

3. Estanque dorado en el parque del ocio. Análisis en torno al libro y su industria en España. Por Carles Geli.

4. Doctor, recete este yogur. Reportaje de Rafael Méndez. Firmas de alimentación y aguas visitan a médicos para que recomienden sus productos - Nueva vía de promoción ante el rigor publicitario.

5. Falla la prevención del crimen machista. Por Carmen Morán.El Poder Judicial alerta de la falta de evaluación del peligro que corren las mujeres maltratadas - 17 de las 55 asesinadas el pasado año habían denunciado.

6. La crisis y el juego del fútbol. Columna de Vicente Verdú.

7. Escaramuzas de este mundo. Artículo de Jordi Gracia, catedrático de Literatura Española en la UB. Su último libro es A la intemperie. Exilio y cultura en España (Anagrama). Sobre Garzón y la memoria histórica.

viernes, 23 de abril de 2010

PRENSA. DÍA DEL LIBRO. "Dios es una biblioteca", de César Antonio Molina

César Antonio Molina
En "elpais.com":

Dios es una biblioteca


El libro electrónico robará terreno al impreso, pero no podrá arrojarlo de nuestras vidas. Gutenberg no ha muerto, se ha metamorfoseado. Yo sigo viviendo en el laberinto de calles de mi biblioteca

CÉSAR ANTONIO MOLINA 23/04/2010

En El cuarteto de Alejandría, Lawrence Durrell cuenta una anécdota, real o apócrifa, que le sucedió al escritor francés Paul Claudel cuando representaba diplomáticamente a su país en Japón. Un día salió de su residencia en Tokio para acudir a una fiesta y cuando regresaba contempló con estupor que su casa estaba siendo devorada por un gran incendio. El poeta pensó inmediatamente en sus manuscritos y en su biblioteca repleta de joyas bibliográficas. Cuando alcanzó el jardín vio que un hombre salía de entre las llamas llevando algo en sus brazos. Era el mayordomo que, dirigiéndose a él, le informó muy orgulloso: "¡No se alarme, señor. He salvado el único objeto de valor!". Ese objeto no era otro que su uniforme de gala.
Desde hace algún tiempo yo tengo una pesadilla semejante. Regreso a mi casa como el personaje de John Cheever, El nadador, después de haber recorrido, no las piscinas por las que él iba nadando, sino las bibliotecas del mundo, y me encuentro en la misma situación que el autor galo de El zapato de raso. A mi encuentro no acude ningún sirviente, sino un ser indefinido que repite las mismas palabras que el mayordomo japonés y me entrega un pendrive. Él añade que ahí no sólo están todos mis libros desaparecidos, sino que ha incluido los fondos de las principales instituciones del mundo. Me quedo sorprendido, pero le digo que yo sólo necesito mis libros físicamente, aquellos que yo compré y me han acompañado toda la vida. Son mis mejores amigos y no puedo prescindir de ellos. Él me responde muy seriamente que eso no sólo es ya imposible sino, además, una estupidez. "¿Para qué quiere usted tantos volúmenes que le ocupan gran parte de su casa si los tiene todos aquí, en este objeto más pequeño que el dedo de su mano?". Compruebo que la discusión no lleva a ningún sitio y, entonces, despierto. Cuando lo hago, veo que todo aún está en su caótico lugar. Por las mesillas, por las mesas y las estanterías dobladas por el peso, aún reposan las miles de hojas impresas protegidas por las portadas multicolores. Toco unos libros, abro otros y recuerdo la historia de cada uno de ellos: su nacionalidad, su lengua, el peso que arrastran desde el origen. Mi biblioteca está compuesta por cientos de ciudades, miles de calles y otros tantos paisajes.
Por estos espacios he caminado con los autores y sus personajes. He vivido sus vidas a lo largo de muchos siglos y cuando toco las páginas que estoy leyendo percibo sus lágrimas o sus risas, sus olores, veo los colores del amanecer o del ocaso. Un libro también es un objeto, una materia, una representación, un símbolo, una dimensión. El libro electrónico, el e-book, efímeros en sí mismos como soportes (qué pasó si no con el vídeo, el dvd y lo que venga), le robarán terreno al libro impreso, pero difícilmente podrán arrojarlo de nuestras vidas y nuestra manera de vivirlas. De haber habitado en la época en que se pasó de la oralidad a la escritura en papiro o pergamino, yo no hubiera estado en contra de este proceso evolutivo; de la misma manera que hubiera apoyado a Gutenberg cuando relegó a la escritura al ámbito privado.
¿Por qué ahora tendría que oponerme a algo inevitable y, seguramente, muy útil? Sí estoy en contra de quienes piensan que hemos llegado al fin. En contra de aquellos que creen que ya no es necesario leer, ni saber, ni adquirir conocimientos, ya que todo está a nuestro alcance, tocando la tecla de un ordenador. Estoy en contra de aquellos que rechazan la memoria como si ésta fuera un simple apéndice mental que hubiera que extraer. El libro electrónico no es un peligro para la lectura. Sí lo son los videojuegos, los programas deleznables de la televisión, la mala enseñanza que desconoce o impone con una obligatoriedad torpe y pesada, el mal ejemplo familiar donde la cultura, en general, es algo desconocido y extravagante. La lectura en pantalla no acabará con el libro impreso, aunque éste se convierta en un objeto arqueológico; por el contrario, estoy seguro que contribuirá a ampliarla. Las nuevas generaciones adquirirán nuevos hábitos, nuevas formas de relación con el texto escrito. Probablemente lo lleven a cabo desde la laicidad y no desde la sacralidad con que nosotros adoramos al libro.
Probablemente la democratización de la lectura y la escritura modificará hábitos, costumbres, tradiciones y valores. ¿No sucedió así en el pasado? Umberto Eco afirma que, con Internet, se retornó a la era alfabética y, por lo tanto, no hemos fenecido aún en la dictadura de las imágenes. De nuevo, escritores y lectores, hemos sobrevivido a ese monstruo multiforme. Millones de personas, a lo largo de todo el mundo, a través de Internet, leen y escriben sin cesar para intercambiar ideas, sentimientos o simplemente informaciones. ¡Gutenberg todavía no está muerto! Se ha metamorfoseado. Nunca hubo tanta necesidad de leer y escribir como hoy. ¿Acaso los ordenadores actúan libremente sin este conocimiento previo? El papel, como antes el papiro o el pergamino, agotó su función. La memoria del mundo, desde el siglo XVI, ha crecido de una manera tan imparable que era necesario encontrar otros soportes para guardar el pasado y enfrentarse a un futuro repleto de contenidos. ¿Cómo se llevará a cabo la elección de los mismos?¿Cómo se mantendrá su excelencia?¿Cuáles serán los nuevos gustos, las nuevas modas? Las modificaciones en torno al libro como soporte no han variado sus mismos fines, ni su expresión. Desde hace más de cinco siglos los cambios políticos, sociales, económicos, tecnológicos y culturales se sustentaron en este objeto. Internet ha producido también una modificación notable en las costumbres de los bibliófilos, coleccionistas de libros antiguos, de primeras ediciones o raras.
Aquella búsqueda aventurera y romántica por las librerías y trasteros de medio mundo que primaban al erudito frente al poderoso económicamente, se ha derrumbado ante la publicación en Internet de sus adquisibles índices. El precio se ha unificado y elevado, además de reducir la labor investigadora y azarosa. Además, el libro antiguo o de viejo es una especie en vías de extinción. Escaso, caro, raro y coleccionado por las grandes instituciones educativas y culturales. Coleccionar libros viene de antiguo. Luciano en El bibliómano ignorante (publicado en nuestro país por Errata Naturae) criticaba a quienes los compraban para decorar su casa, pero no los leían. Séneca nos describe, como Cicerón y otros autores romanos, las calles de la capital del imperio donde se vendían los rollos que contenían las novedades literarias o se copiaban por encargo las obras de cualquier época. Durante ese tiempo nació la idea del autor y editor. ¿Cuántos de aquellos volúmenes quedan? En el museo arqueológico de Nápoles vi unos cuantos carbonizados procedentes de una casa de Pompeya. El fuego ha sido consustancial con la lectura y la escritura. Blanchot decía que con los libros se habían hecho tres cosas: escribirlos, leerlos o quemarlos. ¿Cuántas obras maestras de la literatura, del arte o de la ciencia se han perdido? Seguramente cantidades ingentes. Hoy por fortuna nada se perderá, ni siquiera lo vano y superfluo. Hoy cualquier persona tiene derecho a la eternidad al poder reproducir su vida en una página web. Qué más da si lo que hizo fue bueno o malo, el caso es que su nicho es semejante al panteón de un gran hombre. Eternidad, inmortalidad, fama, prestigio...
Todo será revisado y, seguramente, sufrirá en un futuro inmediato profundas modificaciones. Varias veces le he oído comentar al autor de Apocalípticos e integrados su deseo de dar con los autores y las tragedias de las que Aristóteles habla en su Poética. Se perdieron y sólo llegaron hasta nosotros los nombres y las obras de otros dramaturgos que él no tuvo a bien ni citar: Esquilo, Sófocles y Eurípides. ¿Eran los otros mejores que estos? ¿Aristóteles los postergó por envidia? El caso es que -como tantas otras veces- el azar le quitó la razón al maestro de la filosofía.
"¿Por qué soy prisionero de los libros? ¿A qué sensación de inseguridad le estoy declarando la guerra con esos muros de volúmenes que cubren mis paredes?", escribe el turco Enis Batur. Una biblioteca, pública o privada, se asemeja a un templo, a un lugar sagrado. Allí nos sentimos protegidos por el silencio. El nazismo, el stalinismo y el maoísmo fueron de entre las últimas ideologías quienes más han combatido la libertad de expresión y, por tanto, al libro. Los tres levantaron contra él un muro de mentiras (a través de la radio) e imágenes (a través de la televisión y el cine documental o de ficción). La palabra escrita fue relegada a la censura y al control estatal (no nos olvidemos de nuestro propio país). Aunque se ha dicho hasta la saciedad que fue Goebbels quien afirmó que una mentira reiterada se transforma en una verdad, no sé si consciente o inconscientemente reprodujo lo que ya había escrito, en el siglo XIX, el gran Chateaubriand: "Toda mentira repetida se convierte en verdad". Palabras convertidas en mentira. ¡Qué mayor delito!
Bachelard y Borges escribieron que el Paraíso debe ser una inmensa biblioteca. ¿Con libros, e-book, pendrives o pantallas? De todo eso también habrá en el más allá e incluso nos llevarán décadas de adelantos tecnológicos. Eco afirma que si Dios existe es una biblioteca. Si es así, yo lo he percibido en las ruinas de la de Pérgamo y Alejandría (también en la nueva) o en la de Celso en Éfeso. También en la martirizada de Sarajevo o en el Escorial. De la de Pérgamo sólo se conservan basamentos y lienzos de muros. Donde antes crecían los rollos ahora lo hacen las hierbas y las margaritas. Fue la segunda biblioteca más importante de la antigüedad después de la de Alejandría. Tiberio Julio Aquila, para homenajear a su padre, Celso, mandó levantar una biblioteca cuya majestuosa fachada aún se alza en Efeso. Y allí mismo lo mandó enterrar. "Nunca un padre tuvo tan buen hijo", hubiera vuelto a decir Príamo.
Bibliotecas, bibliotecas. He visto cientos de ellas. Antiguas y modernas, públicas y privadas. Libros, libros. He visto miles de ellos, he acunado en mis manos incunables extraordinarios como la Crónica de Nuremberg, primeras ediciones, manuscritos, piezas heremográficas únicas. Una de las cosas más terribles de la vida es no tener tiempo para leerlo todo. A medida que transcurre la existencia uno se da cuenta que lo que le queda por leer, digamos que sólo lo valioso según los gustos de cada uno, equivale a un noventa y muchos por ciento. Un pueblo sin obra escrita apenas podrá sostener su lengua y su cultura. Los egipcios se dieron cuenta muy pronto. En el papiro egipcio, Chester Beatty, se dice que el libro es el medio más seguro para alcanzar la inmortalidad. La literatura pervive más que la piedra, "más valioso es un libro que una estela con su inscripción, / que la cámara funeraria bien puesta. / Esos libros son como tumba y pirámide / en la conservación de sus nombres...".
¡Mostradme vuestras bibliotecas y os diré cómo sois! La de Montaigne (no le perdono a Bretón que lo eliminara de la lista de autores repartida por los surrealistas), la de Leopardi, Goethe, Flaubert, Juan Ramón Jiménez o la de Octavio Paz tristemente chamuscada. Pero no todos los grandes escritores han sido grandes lectores. Visitando algunas de sus casas uno puede llevarse una desagradable sorpresa. No voy a dar aquí mi lista -de vivos y muertos- para no llevar a la decepción. Contaré sólo el caso de uno de ellos. Conocí y traté bastante a Jorge Amado y a Zelia, su esposa. Dos personas encantadoras, fascinadas por el mundo soviético y maoísta. Hace pocos años, estando en Bahía, visité su fundación y su casa. Ambos estaban ya muertos. En los dos lugares me sorprendió la escasez de libros, excepto los propios del novelista en las múltiples ediciones y lenguas, los dedicados por otros autores y algunos pocos más. Ingenuamente le pregunté a la encargada dónde se encontraba la biblioteca. Ella me dijo que no había más libros que los que yo había visto. "Don Jorge apenas leía, su biblioteca estaba allí", concluyó señalándome la calle. Yo no hubiera podido vivir de este modo, ni escribir una sola línea. Como Cavafis, no tengo otro sitio adonde ir. Yo vivo en el laberinto de calles de mi biblioteca. Rollos, papiros, pergaminos, impresos, e-books, ordenadores, pendrives y cuanto la imaginación humana se invente, la lectura no dejará de crecer pues es la más pura esencia de la libertad.

César Antonio Molina es escritor y ex ministro de Cultura.

PRENSA. 23 abril 2010

En "El País".

1. 23 de abril. Columna de David Trueba.


2. El editor aguanta la respiración. Por Carles Geli. En un mercado que está por debajo del de 2009, el sector vive hoy expectante el día de Sant Jordi y espera ya la Feria de Madrid - Los sellos apuestan por ediciones 'low cost'. Hay un muerto en la pantalla. Análisis, por Javier Rodríguez Marcos.


3. Más allá de Gutenberg. El escritor Enrique Vila-Matas reflexiona en esta ficción sobre el porvenir de los artefactos impresos, al tiempo que defiende un lugar entre el universo Gutenberg y el planeta Google.


4. ¿Velo de sumisión o de rebeldía? Por Naiara Galarraga. Muchas jóvenes musulmanas ven el 'hiyab' como forma de autoafirmarse - Otras quieren prohibirlo por ser un signo de discriminación.


5. Dios es una biblioteca. Artículo de César Antonio Molina, escritor y ex ministro de Cultura. El libro electrónico robará terreno al impreso, pero no podrá arrojarlo de nuestras vidas. Gutenberg no ha muerto, se ha metamorfoseado. Yo sigo viviendo en el laberinto de calles de mi biblioteca.

miércoles, 21 de abril de 2010

PRENSA. 21 abril 2010

En "El País":

1. "No tengo tan claro que lo que escribo merezca la pena". Entrevista a Muriel Barbery. Por Aurora Intxausti.

2. Partidismo. Columna de Elvira Lindo.

3. Aviso a las 'universidades pirata'. Por Antonio Fraguas. Cedro, la entidad que vela por los derechos de autor en libros y revistas, amenaza con acciones legales si en los campus españoles se sigue violando el 'copyright'.

4. La ofensiva de la nostalgia. Columna de Manuel Rodríguez Rivero sobre el libro.

5. Kundera, otro duque para Redonda. Por Javier Rodríguez Marcos. El escritor checo gana la décima edición del premio convocado por Javier Marías.

6. Jugar no te hace más listo. Reportaje de Emilio de Benito. Un ensayo descarta que los videojuegos de entrenamiento mental aumenten la capacidad intelectual - El aprendizaje no trasciende: se limita a las tareas practicadas.

7. Arrecia la polémica por el velo. Reportaje de I. Cembrero y P. Álvarez. El instituto de Pozuelo confirma la prohibición del 'hiyab' y aboca a Najwa a un traslado - Justicia sale en defensa de la alumna pero Aguirre apoya al colegio.

8. Israel, un error ya consumado. Artículo del filósofo Salvador Pániker. El Estado soñado por Herzl es irreversible, pero la situación del desdichado pueblo palestino es injusta y explosiva. Sin resolverla no hay mejora sustancial posible de las relaciones entre Occidente y el islam.

9. Una erupción vulgar. Reportaje de Alicia Rivera. La explosión del volcán Eyjafjalla ha sido modesta - No afectará al clima.

miércoles, 14 de abril de 2010

BLOG. "Leerestademoda"


En una entrada anterior, "Informe sobre el libro electrónico", tenemos un comentario del editor del siguiente blog:
http://www.leerestademoda.com/

Ahí, además de otros comentarios e informaciones, podemos ver el siguiente e interesante e ingenioso vídeo, sobre la última tecnología del libro (book):


Gracias a APG.

lunes, 22 de febrero de 2010

PRENSA. "Más perdidos que el Quijote y Emma Bovary", de Jesús Ferrero, escritor.

JESÚS FERRERO

En "El País", el viernes 19:

Más perdidos que el Quijote y Emma Bovary


De las cordilleras contrastadas que dibujaba el universo Gutenberg estamos pasando a las casi infinitas planicies igualitarias de Internet. La imprenta creó su universo virtual. Ahora entramos en una virtualidad diferente.

JESÚS FERRERO 19/02/2010

Internet está cambiando las leyes de la narración, y si toda narración aspira a crear sentido, Internet estaría cambiando las leyes del sentido (que significa dirección y destino).
Estamos presenciando el canto de cisne de la literatura pensada para ser reproducida según el modelo Gutenberg, que ha sido el más determinante de nuestra cultura durante medio milenio. ¿Ahora lo es?
Nos hallamos en una frontera de naturaleza tan movediza, y tan de arenas movedizas, que genera cierto vértigo, un vértigo que puede conducirnos a grandes trastornos de identidad y que va a producir (lo está produciendo ya) un gran dolor cultural, como vaticinó McLuhan. En momentos así todo son gritos de un lado y de otro y no hay manera de entenderse. Los hay que rezan por la desaparición del libro y lo proclaman con extraña arrogancia por todos los ámbitos que pueden y los hay que gritan que el libro nunca va a desaparecer.
Seamos razonables, es evidente que el ordenador y el libro conviven y convivirán. Eso no es lo determinante: lo determinante es preguntarse qué pesa más en nuestra cabeza, y muy especialmente en la cabeza de los más jóvenes, ¿el "discurso" (y "discurrir") digital o el discurso de los libros? ¿El mundo que están configurando las técnicas digitales o el que ha ido configurando la imprenta? Porque si resulta que en la cabeza de los jóvenes pesa más el universo digital que el impreso, la cultura digital ya estaría por encima de la gutenbergiana, una cultura digital que tendría además el poder de determinar y modificar, a partir de este momento, toda la cultura gutenbergiana anterior (al erguirse como un medio más poderoso y funcional) y de cambiar profunda y "llanamente" todo el sistema de valoración anterior y la naturaleza de sus jerarquías.
Decía Barthelme que las grandes ideas sólo son grandes debido a la inflación que la cultura ha ejercido sobre ellas. La cultura de la imprenta ha llevado a cabo un largo proceso de inflación sobre determinados pensadores y escritores de nuestro mundo, creando un sistema de valoración que si bien se iba modificando con cada generación mantenía ciertas constantes. Muchos de los autores que la cultura que me engendró consideraba valiosos cuando yo era adolescente no han perdido demasiado valor desde entonces. ¿O sí? A veces basta con prestar atención, en el autobús, a las conversaciones telefónicas de sujetos pertenecientes a las últimas generaciones para percibir, cuando hablan de libros o de cine, otro sistema de valoración (más amplio y más plano) y otro sistema de jerarquías, vertiginosamente nivelador e igualador.
Es el problema del universo digital, un universo que representa un poco las grandes planicies semánticas que soñaba la Escuela de París, así como la criba de todos los valores y jerarquías engendrados por el "poder" tal como lo entendía Foucault, y que atañe tanto al universo de la política como al de la cultura. La información no aparece jerarquizada y diríase que toda ella tiene el mismo nivel al ocupar, como quien dice, el mismo plano o la misma planicie de información. Puede que las cimas de antes (los grandes padres del saber que figuraban en todas las historias del pensamiento y la literatura) no hayan perdido altura en sí, pero ahora se hallan en medio de unas planicies de información tan extensas y tan ajenas a los sistemas jerárquicos anteriores que apenas se percibe su elevación. Da la impresión de que desde el Renacimiento no se llevaba a cabo un proceso tan vasto y tan claro de nivelación y de igualación, y como el Renacimiento fue el movimiento que trajo consigo la imprenta, debe pensar que el proceso de igualación que ya estamos sufriendo sólo resulta comparable al que generó la aparición de la imprenta y el comienzo de la era Gutenberg.
A veces es imposible evitar cierta melancolía cuando nos asalta la sospecha de que nos hallamos ante un mundo que está dejando paso a otro, y que el proceso de nivelación, de desarticulación de las jerarquías y de diseminación de la cultura es ya imparable. Pero la melancolía no lleva a ninguna parte y es preferible preguntarse dónde está el problema.
En la tesitura en la que nos encontramos, lo importante no es que el libro digital se llegue a imponer o no, ya que el libro digital es en sí mismo otro ordenador que calca del computer habitual todo su sistema reproductivo y toda su velocidad, lo determinante es el nuevo modelo valorativo que está imponiendo el universo digital, y muy especialmente en los que ya han nacido con él y en él. De las cordilleras contrastadas que dibujaba el universo Gutenberg estamos pasando a las casi infinitas planicies igualitarias de Internet, donde tenemos que movernos como jinetes nómadas, y donde las narraciones tienden a ser mucho más breves y automáticas que en los libros.
En su papel más positivo, estas narraciones (y todo en Internet son "narraciones" de una u otra naturaleza) podrían generar y están generando ya una nueva forma de condensar e informar, así como una alteración en las maneras de argumentar y organizar los elementos narrativos, pero en su valor más negativo podrían producir una narrativa flácida y simplemente basada en la acumulación de materiales, así como una banalización general de la cultura y de todos sus productos, desde los más ordinarios a los más sublimes, descomponiendo y desintegrando definitivamente todo el sistema de valores y jerarquías que nos legó la era Gutenberg y las castas dominantes que la representaron. En toda cultura en movimiento, los procesos de nivelación profunda y general tienden a darse periódicamente, y, siempre que aparecen, no sólo traen con ellos nuevos artefactos para la difusión de ideas, también traen con ellos su tabla rasa y su máquina de arrasar y aplastar montañas, sin olvidar que cambios como los que estamos experimentando suelen ser la causa del desmoronamiento de muchas industrias que vivían del sistema reproductivo anterior. Del sólido Himalaya gutenbergiano estamos pasando a las oscilantes llanuras digitales.
Internet es el nuevo Moloch. Cuando te das cuenta del sistema nivelador que te va metiendo en la cabeza ya es demasiado tarde. A partir de ese momento comienzas a percibirlo todo de otra manera. De ver el mundo como una cordillera, pasas a verlo como un infinito mosaico romano, donde toda profundidad es profundidad simulada, ya que todo se halla sobre el mismo plano material. El mundo se tambalea, se alteran los niveles y las jerarquías, caen ídolos de barro que tú creías de bronce... De pronto, algo más de un siglo después de Nietzsche y de Wagner, empiezas a presenciar un nuevo crepúsculo de los dioses y a experimentar una cierta sensación de pérdida.
Hay gente que se está perdiendo en el mundo de la red, y a la que le resulta difícil separar el mundo real del virtual, pero eso ya ocurrió con la imprenta y el mejor ejemplo de esa pérdida es precisamente don Quijote, que acaba creyendo en el universo virtual de los libros de caballerías, un universo que don Quijote proyecta continuamente sobre la realidad, que sólo hace de pantalla problemática de las historias que ha leído en los libros.
También Madame Bovary vive en el universo virtual de las novelas románticas, si bien su historia amorosa le permitirá constatar que la realidad no acaba de parecerse a las fábulas novelescas, circunstancia que no le impide ser heroica hasta el final, empeñada en convertir su vida en un paraíso sentimental calcado de las historias que le han suministrado los libros. No otra cosa les ocurre a los que han sido abducidos por la virtualidad digital. Lo que equivale a decir que ya la imprenta creó su universo virtual y que lo único que ocurre es que ahora nos hallamos ante una virtualidad diferente, más líquida, más vasta y más plana. Dicho con otras palabras que engloban las tres definiciones anteriores: más oceánica.

Jesús Ferrero es escritor. En 2009 ganó el Premio Anagrama con Las experiencias del deseo. Eros y misos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

PRENSA. 29 noviembre 2009


En "El País".

1. El crimen. Columna de Manuel Vicent.

2. México enciende su pasión por los libros. Por Pablo Ordaz. La Feria del Libro de Guadalajara abre sus puertas a la mejor literatura. La ciudad de Los Ángeles es la invitada de este año al certamen. Juan Cruz escribe sobre La felicidad de Pamuk.

3. ¿Solución? Curas mujeres o casados. Reportaje de Juan G. Bedoya. La jerarquía católica, abocada a revisar su rechazo a los curas casados y al sacerdocio femenino. Antes era pecado no ir a misa los domingos; ahora son los obispos los que no la ofrecen.

4. El aborto y los mínimos éticos. Artículo de Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

5. La expulsión de los moriscos. Artículo de Mario Vargas Llosa. La revisión crítica del pasado no es cometido del poder político sino de los historiadores y estudiosos. Ese lastre no se borra con un decreto ley ni una moción parlamentaria.

6. Cine. Artículo del escritor Luis Manuel Ruiz.

miércoles, 15 de julio de 2009

PRENSA. 15 julio 2009

En "El País".

1. Así en la Tierra como en la tele. Agustín Fernández Mallo, autor de Nocilla Experience, escribe este relato.

2. Nunca debajo de una mujer. En los clanes mafiosos rige un código sexual compuesto por una serie de reglas tan inquebrantables como complejas. Roberto Saviano, el autor de 'Gomorra' narra en estas líneas los imperativos con los que se educa desde la adolescencia a los adeptos.

3. Buscando la isla. Manuel Rodríguez Rivero intenta desentrañar el significado de la "isla".

4. Un montón de huesos. El escritor Félix de Azúa nos recomienda el libro Los huesos de Descartes.

jueves, 9 de julio de 2009

INGLÉS. Libros condensados

Para lectores apresurados están los libros ultracondensados de Book-A-Minute. Resúmenes (hechos con sentido del humor) de textos clásicos, textos de ciencia ficción conocidos o libros infantiles. Todos escritos para que se puedan leer en menos de un minuto. Son los tres apartados de la página, en la que lo mismo nos encontramos con Las confesiones, de san Agustín, concentradas en 14 palabras, que con un Harry Potter reducido a un diálogo de tres líneas.
Al menos, servirá para practicar el inglés.

sábado, 4 de julio de 2009

PRENSA. 4 julio 2009

En "El País":

1. El libro también se suma a la crisis. Tras años de crecimiento, las ventas cayeron un 6% en el primer semestre de 2009.

2. La imaginación de Millás viaja en mensajes de móvil. Los lectores disfrutarán de sus articuentos por 0,50 euros.

3. ¿Proteger al negro discriminando al blanco? Reportaje. La sentencia del Supremo de EE UU sobre marginación en la contratación rompe décadas de tradición. El máximo tribunal recoge por primera vez el peligro del racismo inverso.

4. Presidente de Irán por 'juicio divino'. Artículo de Timothy Garton Ash. La verdad sobre las elecciones presidenciales iraníes es polémica. Y las protestas, escritas con sangre, suponen un cambio irreversible en la situación política. Ahora el objetivo es una verdadera democracia.

5. Las notas de los alumnos de ESO empeoran en el último año. Datos de la última prueba de diagnóstico celebrada en Andalucía.

6. El banco y la caña. Luis García Montero escribe sobre crisis, bancos y caña de cerveza.

martes, 26 de mayo de 2009

BIBLIOTECA. "Génesis", de Bernard Beckett

En un futuro no muy lejano, una estudiante llamada Anaximandro se presenta al riguroso examen de ingreso en la Academia, el órgano de gobierno de la utópica sociedad en la que se ha criado. A lo largo de varias sesiones extenuantes, las preguntas del tribunal, que suscitan importantes cuestiones éticas y filosóficas, la llevarán a descubrir una verdad que hará tambalear los cimientos sobre los que se asienta su mundo.
Poco más conviene revelar sobre el argumento sin correr el riesgo de arruinar la lectura. Génesis atrapa al lector desde las primeras líneas y lo conduce, con una lógica contundente y un ritmo de progresiva intensidad, hasta un desenlace impactante. Llegado a ese punto, el lector sólo deseará una cosa: comenzar a leer la novela de nuevo.
Emocionante fábula especulativa, thriller filosófico y meditación humanista, Génesis es una obra fuera de lo común, que escapa de toda etiqueta. Ambientada en la segunda mitad del siglo XXI, recurre a los pensadores griegos más relevantes, en una estimulante reflexión sobre la fragilidad de nuestra civilización occidental.
(Texto de la contracubierta)

Su autor, Bernard Beckett, es neozelandés (n. en 1967). Esta novela será objeto de un gran lanzamiento en Gran Bretaña, y será traducida a veinte lenguas.

Aquí tenemos un fragmento (págs. 108-109):

"Yo no soy una máquina. ¿Qué puede saber una máquina del olor a hierba mojada por la mañana, o del llanto de un recién nacido? Yo soy la sensación del calor del sol en mi piel; soy la sensación de una ola fría rompiendo sobre mí. Soy los lugares que nunca he visto, y que sin embargo imagino cuando cierro los ojos. Soy el sabor del aliento de otro, el color de su pelo.
Te burlas de mí por la brevedad de mi vida, pero es precisamente ese miedo a morir lo que me infunde vida. Soy el pensador que piensa en el pensamiento. Soy curiosidad, soy razón, soy amor y soy odio. Soy indiferencia. Soy el hijo de un padre, quien a su vez era hijo de otro padre. Soy la razón por la que mi madre reía y la razón por la que lloraba. Sí, el mundo puede pulsar tus botones cuando pasa por tu sistema de circuitos. Pero el mundo no pasa a través de mí. Yo soy el medio a través del cual el universo se ha conocido a sí mismo. Soy eso que ninguna máquina podrá fabricar nunca. Soy el significado".

Editado por Salamandra, tiene 158 páginas, y la puedes encontrar en la BIBLIOTECA.

lunes, 25 de mayo de 2009

PRENSA. 25 mayo 2009

En "El País":

1. Palma de Oro a la lucidez de Haneke. Crónica. Palmarés de la 62º edición del Festival de Cine de Cannes. Además, entrevista a Michael Haneke.

2. Adiós a un poeta transversal. José-Miguel Ullán logró sintetizar en su polifacética obra vanguardia y tradición, la alta cultura y la popular. Críticos y autores destacan su singular figura. Reportaje. La belleza de la palabra, de Juan Goytisolo. Súbita y deslumbrante, del crítico Julio Ortega. José-Miguel Ullán, poeta, de Juan Cruz.

3. Repensar la edición. Artículo del editor Federico Ibáñez.

miércoles, 20 de mayo de 2009

PRENSA. 20 mayo 2009

En "El País":

1. "Un mensaje para el futuro lo dejaría en papel". Entrevista. Umberto Eco defiende la pervivencia del libro frente al soporte digital.

2. El verdadero creyente. Manuel Rodríguez Rivero comenta este libro de Eric Hoffer, publicado en 1951.

3. EXPLOTACIÓN SEXUAL EN ESPAÑA (y 4). Prostituir a la fuerza no es delito grave. Reportaje.

4. La reconciliación es el nudo del relato europeo. Artículo de Antonio Estella, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III, de Madrid.

5. Un fósil de 47 millones de años da pistas sobre la evolución humana. El Museo de Historia Natural de Nueva York presenta los restos de un primate que podría ser el "eslabón perdido".


En el "Córdoba" ("Educación"):

6. El CEP premia la creación literaria del alumnado. A propósito del "I Concurso de Relato Corto e Ilustración", cuyos premios fueron entregados ayer.

domingo, 17 de mayo de 2009

PRENSA (1). 17 mayo 2009

En "El País":

1. Sáhara. Columna de Manuel Vicent.

2. El libro no sabe, no contesta. Reportaje. La literatura en español actúa con indolencia ante los retos del gran proyecto de Google Books. El buscador ha digitalizado ya siete millones de títulos.

3. Una bomba de relojería en potencia. Reportaje. Los inmigrantes sufren como nadie la crisis económica. Hace falta un gran debate para impulsar su integración y reformar las leyes.


5. Recuperar el porvenir. Artículo de Daniel Innerarity, profesor de Filosofía en la Universidad de Zaragoza, sobre el papel que las democracias deben jugar en recuperar la conciencia del futuro.

6. La partida de la escribidora. Vargas LLosa escribe sobre Corín Tellado.

7. El valor olvidado. El escritor Roberto Saviano escribe sobre la mafia y los inmigrantes africanos.