Gsús Bonilla
PÁJAROS
DE AGUA
Me siento frente a la
ventana,
los cristales fríos
soportan las gotas de agua,
la tarde obsequia lluvia.
Enciendo un cigarro y
tras la primera calada el
humo intenta unirse a las
gotas cristalinas adosadas al vidrio;
absurdo intento, la
barrera transparente impide el abrazo.
Estoy pensando en
destrozarte el corazón,
estoy pensando en hacerte
daño,
pero solo lo pienso,
sé que soy incapaz de
destruir castillos de arena
esos que los niños
construyen a las orillas del mar;
pensar maldades en las
tardes tristes es el último jovi que tengo,
me distrae mucho durante
tu ausencia.
Siempre fuimos húmedos
después de lamernos sin control,
siempre hubo el cigarro
de después,
siempre el humo es
nuestro aliado,
nunca hubo una barrera
casi invisible separándonos,
nunca fueron las tardes
tristes.
Conozco esos ojitos
cuando están rojos y mojados,
esa mueca en tu boca te
delata;
no soporto cuando le
lloras a la luna,
porque me hace sombra,
compite conmigo y a ti te
gusta esa competición,
así te aseguras quien te
escuche.
Desconozco este dolor en
mí,
desconozco por qué callo
y solo sueño,
a veces pienso que perdí
el ritmo,
que me falta compás,
que no tengo baile;
ya no noto
cuándo me clavas las
espuelas para que inicie la marcha,
a trote, a galope, qué
más da;
comprende mi derrota,
entiende por qué hoy no
lucho.
Me falta una calada para
acabar el cigarro,
la tarde sigue inmensa
con su lloro,
al humo a cabezón no le
gana nadie en su empeño;
la barrera transparente
sigue ahí
y tú no estás.
y tú no estás.
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