Enric López Tuset
CUANDO EMPECÉ A CAER
Cuando empecé a caer
nuevos sacramentos se inventaron para mí.
Entonces, amé el tuétano que soporta al viento:
me enseño a partir desde los ojos hacia sentidos presentes.
nuevos sacramentos se inventaron para mí.
Entonces, amé el tuétano que soporta al viento:
me enseño a partir desde los ojos hacia sentidos presentes.
Caí y no supe de alabanzas ni de incertidumbre,
aún menos de las concesiones del infierno en un silencio caduco.
Sólo mantener el orden del fuego, del animal que nunca existió,
mantener tanta lluvia bajo mi pecho extinto,
y no supe acercar mi cuerpo hacia tanta espera.
aún menos de las concesiones del infierno en un silencio caduco.
Sólo mantener el orden del fuego, del animal que nunca existió,
mantener tanta lluvia bajo mi pecho extinto,
y no supe acercar mi cuerpo hacia tanta espera.
Vivir en la caída, por útil que parezca,
no me dejó perpetuarme, condenado, en la suavidad.
Sólo avanzar el océano a la indiferencia.
Acercar mi mano al hueso, al valle,
al sueño colmado de ausencia y lluvia:
fue acercar este alud de fuego
a la misericordia y al miedo.
no me dejó perpetuarme, condenado, en la suavidad.
Sólo avanzar el océano a la indiferencia.
Acercar mi mano al hueso, al valle,
al sueño colmado de ausencia y lluvia:
fue acercar este alud de fuego
a la misericordia y al miedo.
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