THE IMITATION GAME, DESCIFRANDO ENIGMA, DE MORTEN TYLDUM
El brillo y la oscuridad
PASCUAL SERRANO | Publicado:
Quizá lo que le falte a The imitation game, Descifrando Enigma en español, y entiéndaseme la tesis, sea algo de imperfección, algo de autenticidad, aparte de las interpretaciones de todos los actores, especialmente de un inspirado y esforzado Benedict Cumberbatch (El topo, El quinto poder, Agosto…) de prometedora carrera. A esta película tan redonda como una esfera le falta precisamente el espíritu. Eso que hace única a una historia contada en imágenes. Los hermanos Weinstein, que están detrás de la producción, conocen muy bien los resortes de la industria y los gustos del público, y son unos maestros estupendos creando un producto perfecto. Sin embargo, les falta esa parte de improvisación y genio que es lo que diferencia una película buena de una gran película.
The imitation game nos cuenta la vida genial y desgraciada de Alan Turing, el matemático inglés que durante la segunda guerra mundial estuvo al frente del equipo de científicos que logró descifrar el código que utilizaban los alemanes para sus comunicaciones, llamado Enigma, y que creó la primera máquina inteligente, precursora de los actuales ordenadores.
Con las dosis juntas de emoción e intriga, Morten Tyldum, director del estupendo thriller ‘Headhunters’, va trabando una historia en dos planos narrativos: el momento presente y la vida pasada del protagonista, desgajando las vivencias más importantes de la existencia compleja, deslumbrante y malograda de este científico adelantado a su tiempo, que con su pensamiento genial y sus descubrimientos consiguió acortar la guerra en un par de años y salvar millones de vidas, según algunos cálculos.
La cinta también se mueve entre dos planos temáticos: la vida laboral y el aspecto personal. Y es aquí donde plantea el concepto de la homosexualidad y su tratamiento social en el Reino Unido de los años cuarenta, que causó la desgracia de este hombre que debería haber sido un héroe nacional, pero murió en el olvido a los 42 años, apagando con la oscuridad puritana el brillo de su genialidad y los proyectos planeados.
Quizá, precisamente en referencia a este asunto, se le podría haber sacado más partido a la relación de Turing con el personaje interpretado por Keira Knightley (Beguin Again, Nunca me abandones, Love Actually, además de la saga Piratas del Caribe), una historia de amor y admiración y casi metafísica con muchas implicaciones emocionales. Aunque, en general las relaciones entre todos los personajes guardan un medido equilibrio y no hay papeles desperdiciados.
La película cuenta con una factura formal extraordinaria, como apuntábamos antes, y con una puesta en escena casi perfecta, alternando algunas secuencias bélicas prestadas con planos limpios y cuidados de los despachos de la inteligencia británica y la casa de Turing.
Para nosotros es una de las películas buenas de este año que promete tanto cinematográficamente, y que nos recuerda lejanamente en presentación y concepto a La mejor oferta. Medida, brillante, equilibrada y extraordinariamente bien interpretada por Cumberbatch y el resto del equipo.
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