Fermín Herrero
Atan el pequinés a la farola y entran a comprar, falda
de cuero a medio muslo y bolso a juego, medias
negras en mayo. Van seguras. Señoras de, el sueldo
del mes de sus maridos supera el salario mínimo
interprofesional que fijó el gobierno para
todo un año. Han sabido compartir con varios
sus dosis de ternura sin cambiar de monitor ni pista
de tenis, ni de peluquero, ni de masajista, vuelta
y vuelta en rayos uva, en escabeche. Tampoco
de cirujano plástico. Pagan el pan con tarjeta, a veces
me imagino sus pubis tristes recogiendo cadáveres.
—Fungibles—
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