Fermín Herrero
discal que nunca se operó mi madre
está cavando el huerto. La recuerdo
siempre así, sin parar, desviviéndose
por nosotros, sus manos de penuria inquietud
día y noche, la abnegación echada al hombro hasta
dejarlo todo aviado y acabar molida: frota
que te frota ordeñando, acarreando, frota
que te frota barriendo, fregando, vareando
en la era la lana de los colchones, haciendo aulagas
para prender la lumbre y caldear la casa... Siempre
así, sudando como una descosida, sin dar abasto
y pese a todo -igual que el resto de las esclavas
de posguerra- no tiene derecho
a pensión. Cuando puede ver el parte se hace
cruces de lo bien que hablan los políticos.
- ESTADO DEL BIENESTAR -
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