Jaume Vicens Vives
En "El País":Vicens Vives va a la guerra
Hallado en Italia un texto de 1954 en el que el historiador critica a la Iglesia
CARLES GELI - Barcelona - 27/11/2010
Intuía que nunca más podría volver a escribir sobre la historia de España en esas condiciones; o sea, que lo hizo sin tapujos. Así que parte de la culpa que llevó a la crisis de 1936 la tuvieron los "grupos católicos (...) cada vez más intransigentes"; también constata que se dio "un militarismo hispánico que se situó en el campo de la reacción conservadora gracias a su estrecha colaboración con la Iglesia". Y ya al analizar la posguerra recoge "un fenómeno de gran subversión moral": el mercado negro o estraperlo, que "enriqueció a los potentados de la agricultura y la industria, rellenó las cajas de los grandes bancos y empobreció al conjunto del país".
Quien se expresaba así era Jaume Vicens Vives en 1954, en un texto destinado a ser publicado en el extranjero, claro: en francés y para una editorial italiana, en el marco de una voluminosa historia contemporánea de Europa. Se sabía de esa colaboración, si bien se creía que era solo de una veintena de folios y sobre la segunda mitad del siglo XIX. Pero resultaron ser 140 páginas, y entre esas, un hallazgo: 60 dedicadas a los años 1917-1953, donde desmenuza aspectos de la construcción de la nueva España franquista. Ese Vicens Vives inédito y crítico es la gran aportación que deja la conmemoración de centenario del nacimiento del influyente historiador, gracias a la labor investigadora de Miquel Marín Gelabert, del Grupo de Historia de la Historiografía de la Universidad de Zaragoza.
La génesis intelectual y la evolución del historiador hasta llegar a esos 60 folios es apasionante. Ese Vicens Vives de 1935, "catalanista y socialista", se planta en 1948 en Barcelona como catedrático "habiendo pagado al régimen todo lo que tenía que pagar"; es decir, habiendo escrito un libro de planteamientos próximos a la geoestrategia nazi como Geopolítica de España y del Imperio (1940) o elogios al papel imperialista español en Rumbos oceánicos (1946). Su proyecto es ahora "recuperar el espíritu de la historiografía española y catalana de los años veinte y treinta, que entonces se homologaba con la de Europa".
Astuto, empieza a crear una estructura que le permita "controlar desde la investigación a la publicación". Y, además, aprovecha los congresos internacionales. Uno en Mantua, en 1952, será la puerta de acceso a su texto inédito. Ante la consulta de la editorial Mazorati, y a pesar de ser medievalista, se ofrece él mismo para hacer un texto sobre el XIX y el XX español para una ambiciosa obra en siete volúmenes. Lo termina en ocho meses, en abril de 1954. De él solo trascenderá, en un homenaje de 1967 y gracias a Miquel Batllori, una veintena de páginas sobre el XIX. "Es un trabajo nunca citado y no se encuentra en ninguna biblioteca ni universidad española", contextualiza Marín, que mantiene que se ha investigado "muy poco" a Vicens Vives.
La Iglesia como uno de los responsables del conflicto fratricida, lo poco nacionalista que se muestra, las dialécticas arrastradas desde la Guerra Civil y las referencias bibliográficas es lo que llama la atención a Marín. "El nivel de información es altísimo y esos libros no los usó dentro de España; además, no estaban ni en su biblioteca privada ni en la universidad", apunta el investigador. Que de la publicación solo se hiciera una edición y que Vicens Vives no hablara nunca de unos textos que escribió en castellano y cuyos originales están perdidos ("solo lo comenta una vez y por carta a Pierre Vilar y a Ferrater Mora, y a este último, consciente de lo que ha escrito, le pide que le busque editor en EE UU") explicarían el desconocimiento de este "nuevo Vicens Vives", que aquí "no ha de negociar y dice lo que quiere decir; porque meses antes, en su Aproximación a la Historia de España, pasa de puntillas sobre las causas de la Guerra Civil y habla de ella como 'la hora decisiva'; desgraciadamente, nunca más escribió como en aquel capítulo". Pero ahora se sabe que al menos pudo hacerlo una vez.
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