Mónica López Bordón
Tocas en mis costados
el laberinto y todas sus sendas
ceñidas al color de tu voz
y al tacto ondulado de tu vista.
Si la voz se sintiera con los ojos,
cáliz desquitado en las carcajadas anegadas
del llanto vacío de hoy, del día que se acaba.
Atiéndeme, se va mi fuerza haciendo nube,
te miro y no llego, amor en las palabras.
Te digo: espérame…
cuando ya, otro rostro, nos sonríe.
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