El Maltrato
-¡No, por favor! -decía ella.
En ese momento, yo no era consciente de lo que hacía. Todos los días la maltrataba y ella ya no podía más. Un día, "como otro cualquiera", ella por fin tuvo el valor de denunciarme.
Desde ese día, me he dado cuenta de que la quería y la quiero por eso. Cuando me miro al espejo no puedo poner una sonrisa y olvidarme del daño que le he hecho.
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