Todo Don Quijote en tres segundos
Por: Roberta Bosco y Stefano Caldana | 02 de mayo de 2013
"Érase DE UNA VEZ don Quijote de la Mancha" en el Instituto Cervantes de Berlín.
¿Es usted alguien que no ha tenido nunca tiempo ni ganas de leerse todo Don Quijote? No hay problema. Gracias a las nuevas tecnologías, aderezadas con una buena dosis de ironía, ahora es posible escuchar la lectura integral de la obra maestra deCervantes en no más de tres segundos. ¡Es cierto! Tan sólo hay que visitar Érase DE UNA VEZ don Quijote de la Mancha, una ingeniosa instalación interactiva, que permite experimentar un clásico de la literatura de una forma que probablemente le hubiera encantado al propio Cervantes.
A la espera de presentarse en España, Érase DE UNA VEZ don Quijote de la Mancha, una creación de los artistas interdisciplinarios Diego Agulló y Jorge Ruiz Abánades, en colaboración con Intact Project, se estrenó el pasado 23 de abril, en ocasión del Día Internacional del Libro, en el Instituto Cervantes de Berlín, donde permanecerá expuesta hasta el 10 de mayo.
A pesar de ser una pieza realizadas gracias a las nuevas tecnologías, a la vez se puede considerar un trabajo de artesanía, que destaca por sencillez e impacto visual. Desarrollada con mucho cariño y completamente autofinanciada, esta obra manchega al 100%, se estructura alrededor de un pedestal, colocado en un espacio oscuro, delante de una escultura en forma de columna, de casi cinco metros de altura, que se compone de todas las palabras del Don Quijote, recortadas del libro e insertadas una tras de otra con un hilo de nailon. El público que accede al atril se encuentra con un ejemplar del Quijote intervenido de modo que al abrirse se active una poderosa secuencia de audio, en la que se oyen todas las palabras del texto original al mismo tiempo, sobreponiéndose en una asombrosa cacofonía que no supera los tres segundos de duración.
A la espera de presentarse en España, Érase DE UNA VEZ don Quijote de la Mancha, una creación de los artistas interdisciplinarios Diego Agulló y Jorge Ruiz Abánades, en colaboración con Intact Project, se estrenó el pasado 23 de abril, en ocasión del Día Internacional del Libro, en el Instituto Cervantes de Berlín, donde permanecerá expuesta hasta el 10 de mayo.
A pesar de ser una pieza realizadas gracias a las nuevas tecnologías, a la vez se puede considerar un trabajo de artesanía, que destaca por sencillez e impacto visual. Desarrollada con mucho cariño y completamente autofinanciada, esta obra manchega al 100%, se estructura alrededor de un pedestal, colocado en un espacio oscuro, delante de una escultura en forma de columna, de casi cinco metros de altura, que se compone de todas las palabras del Don Quijote, recortadas del libro e insertadas una tras de otra con un hilo de nailon. El público que accede al atril se encuentra con un ejemplar del Quijote intervenido de modo que al abrirse se active una poderosa secuencia de audio, en la que se oyen todas las palabras del texto original al mismo tiempo, sobreponiéndose en una asombrosa cacofonía que no supera los tres segundos de duración.
"Érase DE UNA VEZ don Quijote de la Mancha" de Diego Agulló y Jorge Ruiz Abánades.
Evidentemente se trata de una pieza fundamentalmente irónica y su alegoría se plantea casi como una hazaña de corte quijotesco. “Según hemos podido comprobar en el Instituto Cervantes de Berlín, la primera y más obvia reacción de los visitantes es una risa sincera, que muestra nuestra profunda simpatía por el absurdo y lo reconfortante que resulta dejar volar la imaginación”, indica al Silicio uno de sus creadores, Jorge Ruiz Abánades, subrayando que la instalación surgió como un homenaje al querido protagonista cervantino. “Entre los muchos títulos de la literatura universal, siendo todos españoles, nos pareció lógico y natural elegir el Quijote”, continúa.
Tanto la parte escultural como la componente sonora de la instalación apuntan hacia el universo quijotesco y, como sus creadores explican, más allá de lo entretenido de la instalación está la voluntad de descubrir la obra maestra de Cervantes bajo otras perspectivas. “Evidentemente Érase DE UNA VEZ don Quijote no pretende remplazar la lectura del texto, sino todo lo contrario. La instalación muestra de forma tangible que el universo de un libro se despliega sólo en sus páginas y que los libros son extraños enigmas sólo descifrables mediante la lectura”, indica Ruiz Abánades.
“En primera instancia, la obra se propone el reto de ofrecer la experiencia instantánea de algo que normalmente se debería experimentar en el tiempo, como es la lectura de un libro. La narración de los acontecimientos requiere el transcurrir del tiempo. Sin embargo, el libro en cuanto tal, en cuanto objeto material, acabado e íntegro, que reposa en nuestra estantería, contiene en sí todos esos acontecimientos. De hecho, cabe decir que existe un ideario colectivo en torno al Quijote, donde todos los sucesos narrados coexisten a la vez”, explica el artista.
Tanto la parte escultural como la componente sonora de la instalación apuntan hacia el universo quijotesco y, como sus creadores explican, más allá de lo entretenido de la instalación está la voluntad de descubrir la obra maestra de Cervantes bajo otras perspectivas. “Evidentemente Érase DE UNA VEZ don Quijote no pretende remplazar la lectura del texto, sino todo lo contrario. La instalación muestra de forma tangible que el universo de un libro se despliega sólo en sus páginas y que los libros son extraños enigmas sólo descifrables mediante la lectura”, indica Ruiz Abánades.
“En primera instancia, la obra se propone el reto de ofrecer la experiencia instantánea de algo que normalmente se debería experimentar en el tiempo, como es la lectura de un libro. La narración de los acontecimientos requiere el transcurrir del tiempo. Sin embargo, el libro en cuanto tal, en cuanto objeto material, acabado e íntegro, que reposa en nuestra estantería, contiene en sí todos esos acontecimientos. De hecho, cabe decir que existe un ideario colectivo en torno al Quijote, donde todos los sucesos narrados coexisten a la vez”, explica el artista.
La escultura en papel de Diego Agulló y Ágata Siniarska.
Técnicamente la pieza incluye diversos elementos. La componente sonora ha sido realizada por Jorge Ruiz Abánades, en su estudio de Madrid, con las voces de multitud de amigos y familiares, hasta 50 personas, que han intervenido en la grabación leyendo unas páginas o capítulos enteros. Diego Agulló, con la ayuda de Ágata Siniarska, se ha encargado de la fabricación de la escultura, a partir de las 377.032 palabras que componen el texto original del Quijote. Sin embargo se dieron cuenta que recortar en papel todas estas palabras y juntarlas era una locura, ya que la escultura resultante alcanzaría los 100 metros de altura. Finalmente los artistas optaron por separar todas las palabras diferentes, sin repeticiones, sumando un total de 22.939 términos, que se convirtieron en los casi cinco metros de la escultura expuesta en Berlín.
Ejemplar del Quijote previamente preparado por Intact Project.
La interacción entre el libro en el atril y la secuencia sonora ha sido llevada a cabo con la colaboración de Intact Project (Interfaz para la Acción Telecompartida), un proyecto de cibercultura entre arte y nuevas tecnologías, dirigido por Sara Malinarich y Manuel Terán. “A partir de un ejemplar del Quijote previamente preparado, se conectó el libro a un hardware y se creó una programación en software libre, que controlara las secuencias de audio y de luz. Cuando los visitantes abren el libro, dicha secuencia se activa y el Quijote acontece ...DE UNA VEZ”, explica Jorge Ruiz Abánades. El artista está convencido de que la idea se presta a muchas realizaciones diferentes y no descarta que en el futuro el proyecto pueda evolucionar con nuevas presentaciones, nuevas interfaces y formas de interacción con el público. Mientras tanto su primer objetivo es exponerlo pronto también en España.
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