Ángel Paniagua
¿De dónde nos trajeron? Imposible
saberlo. Sólo el tiempo
que nos guarde y la sombra de aquel árbol
conocen el origen
de aquellos tristes vientos borrascosos.
Pero al fin, ¿nos importa de verdad
conocerlo? La vida que llevábamos
y la historia que ha ido sucediéndose
ya nada significan. Como locos
en la isla desierta,
podemos ir nadando a cualquier sitio:
alrededor el mar está presente
en todas direcciones,
y no importa cuál sea la elegida
para saber que puede acabar todo
al poco de alejarnos de la costa.
O podemos llegar hasta otra isla,
destrozados y hambrientos,
y quedarnos algunos años más
allí, tan solos como antes…
No importa, pues, mañana,
como no importa ayer
o estar aquí o marcharnos.
El mar es infinito y la verdad
-si existe- está tan lejos de nosotros
como nosotros mismos.
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