lunes, 8 de junio de 2009

LECTURA. Ambrose Bierce: "Diccionario del diablo" (6)


Selección (6): letra G.
G
Ganso, s. Ave que suministra plumas para escribir que, gracias a un proceso oculto de la naturaleza, están impregnadas, en distinta medida, de la energía intelectual y el carácter del ganso, de suerte que al ser entintadas y deslizadas mecánicamente sobre un papel por una persona llamada "autor", resulta una transcripción bastante exacta de los pensamientos y sentimientos del ave. Las diferencias entre un ganso y otro, tal como se manifiestan a través de este ingenioso método, son considerables. Muchos gansos sólo poseen facultades triviales e insignificantes, pero otros son, en realidad, grandes gansos.

Gárgola, s. Desagüe saledizo en los tejados de los edificios medievales, que por lo común tiene la forma de una grotesca caricatura de un enemigo personal del arquitecto o del propietario. Esto ocurría sobre todo en las iglesias y edificios eclesiásticos, cuyas gárgolas ofrecían una verdadera "galería de delincuentes" formada por los herejes y disidentes locales. A veces, al entrar en funciones un nuevo deán y un nuevo capítulo, las viejas gárgolas eran reemplazadas por otras, más estrechamente relacionadas con los resentimientos privados de los nuevos titulares.

Gato, s. Autómata blando e indestructible que nos da la naturaleza para que lo pateemos cuando las cosas andan mal en el círculo doméstico.

Genealogía, s. Estudio de nuestra filiación hasta llegar a un antepasado que no tuvo interés en averiguar la suya.

Generosidad, s. Liberalidad del que tiene mucho al permitir que quien no tiene nada se procure todo lo que pueda. Se afirma que una sola golondrina devora diez millones de insectos por año. Me parece un ejemplo notable de la generosidad con que el Creador provee a la subsistencia de sus criaturas.

Generoso, adj. Originariamente, esta palabra significaba noble por nacimiento, y se aplicaba rectamente a una gran multitud de personas. Ahora significa noble por naturaleza y va cayendo en desuso.

Geógrafo, s. Sujeto que puede explicarnos de primera intención la diferencia entre lo que está fuera del mundo y lo que está adentro.

Geología, s. Ciencia de la corteza terrestre, que sin duda incluirá la del interior del globo cuando un charlatán salga de un pozo. Las formaciones geológicas del planeta ya observadas son: el Primario, o inferior, que está formado por rocas, huesos de mulas empantanadas, cañerías de gas, herramientas de mineros, viejas estatuas desnarigadas, doblones y antepasados. El Secundario está constituido principalmente por gusanos colorados y topos. El Terciario comprende vías férreas, pavimentos, hierbas, víboras, botines enmohecidos, botellas de cerveza, latas de tomates, ciudadanos intoxicados, basura, anarquistas e imbéciles.

Glotón, s. Persona que escapa a los riesgos de la moderación incurriendo en dispepsia.

Gnóstico, s. Miembro de una secta de filósofos que tratan de fusionar a los primitivos cristianos con los platónicos. Los primeros no quisieron entrar en conversaciones, y la combinación falló, con gran fastidio de los promotores.

Gota, s. Nombre que da el médico al reumatismo de un paciente rico.

Gracias, s. Tres bellas diosas, Aglaia, Thalia y Euphrosyne, que servían gratuitamente a Venus. No costaba nada mantenerlas, porque comían muy poco y se vestían según el tiempo, con la brisa que soplaba en ese momento.

Gramática, s. Sistema de trampas cuidadosamente preparadas en el camino por donde el autodidacto avanza hacia la distinción.

Gravitación, s. Tendencia de todos los cuerpos a acercarse unos a otros con fuerza proporcional a la cantidad de materia que contienen; la cantidad de materia que contienen se determina por la tendencia a acercarse unos a otros. Bello y edificante ejemplo de cómo la ciencia, después de hacer de A la prueba de B, hace de B la prueba de A.

Guerra, s. Subproducto de las artes de la paz. Un período de amistad internacional es la situación política más amenazadora. El estudioso de la historia que no ha aprendido a esperar lo inesperado, puede perder la esperanza de cualquier revelación. La máxima "En tiempo de paz prepara la guerra" tiene un significado más profundo de lo que parece; quiere decir no sólo que todas las cosas terrestres tienen un fin, que el cambio es la única ley inmutable y eterna, sino que el terreno de la paz está sembrado con las semillas de la guerra y favorece su germinación y crecimiento.
Cuando Kubla Khan decretó su "majestuoso palacio de placeres", es decir, cuando hubo paz en Xanadú y gordos festines, sólo entonces, "oyó a lo lejos Antiguas voces que anunciaban guerra." (Las dos citas pertenecen a "Kubla Khan", poema inconcluso de Coleridge.) Coleridge era no sólo un gran poeta, sino un hombre sabio, y no en vano recitó esta parábola. Necesitamos menos "manos tendidas por encima de los mares", y algo más de esa desconfianza elemental que constituye la seguridad de las naciones. La guerra se complace en venir como un ladrón en la noche; y la noche está hecha de promesas de amistad eterna.

Guillotina, s. Máquina que hace que un francés se encoja de hombros con buen motivo. En su gran obra sobre "Líneas Divergentes de la Evolución Racial", el erudito profesor Brayfugle argumenta que el predominio de ese gesto entre los franceses demuestra que descienden de la tortuga, y que es una simple supervivencia de la costumbre de replegar la cabeza al interior del caparazón. Me desagrada discordar con autoridad tan eminente, pero en mi opinión (detalladamente expuesta en mi obra Emociones Hereditarias, Libro 11, capítulo XI), el encogimiento de hombros es una base demasiado débil para fundamentar una teoría tan importante, puesto que, antes de la Revolución, el gesto era desconocido. No dudo que tiene una relación directa con el terror que inspiró la guillotina cuando su uso estaba en auge.

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