El año que viene se conmemorará en todo el mundo una efeméride de especial importancia: el centenario del estallido de la I Guerra Mundial. El 28 de junio de 1914 cayó asesinado el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del Imperio austro-húngaro, en un atentado que marcó el comienzo del primer conflicto bélico global. En cuatro años cayeron 9 millones de combatientes. Nunca el mundo había conocido tamaño horror.
El 11 de noviembre de 1918 Alemania aceptó un armisticio. La guerra acababa y con ella la época de los grandes imperios: en Rusia había estallado la revolución bolchevique y tanto el imperio otomano como el austrohúngaro desaparecieron al finalizar el conflicto. Lo que vino después es bien conocido: el Tratado de Versalles impuso unas condiciones leoninas a la derrotada Alemania y en sólo dos décadas el mundo volvió a sumergirse en el conflicto. Y esta vez no hubo 9 millones de muertos, sino entre 50 y 70.
Se ha hablado largo y tendido de lo que habría sido del mundo de haber vencido las huestes del Tercer Reich en la Segunda Guerra Mundial, pero muy poco de lo que habría pasado si las potencias centrales de la Triple Alianza (los imperios alemán, otomano y austrohúngaro) hubieran ganado la Gran Guerra.
Este ejercicio de “historia ficción” se conoce como ucronía: una especulación sobre una realidad alternativa que se habría desarrollado si, a partir de determinado acontecimiento, la historia hubiera seguido otros derroteros. Este evento relevante se conoce como punto Jonbar, y en la Primera Guerra Mundial bien podría fijarse en el verano de 1918. Entonces el general alemán Erich Ludendorff, la máxima autoridad de las potencias centrales en el Frente Oriental, lanzó su ofensiva sobre el río Somme, en Flandes y Champagne. Las tropas se quedaron a sólo 120 kilómetros de su objetivo final, París, y no pudieron resistir la contraofensiva del general Ferdinand Foch, que comandaba las fuerzas francesas y estadounidenses. La Triple Alianza perdió la guerra, pero bien podrían haber tenido éxito. ¿Qué habría ocurrido entonces?
Una Europa muy distinta pero, quizás, no peor
Dado todo lo que se nos ha contado sobre las dos guerras mundiales tendemos a pensar que ambos conflictos se resolvieron de la mejor manera posible: con la derrota de Alemania. Pero si esto es a todas luces cierto en lo que respecta a la II Guerra Mundial no lo es tanto si hacemos un ejercicio de reflexión sobe la primera Gran Guerra. En opinión de Martin Kettle, periodista de The Guardian, es difícil imaginar que quizás la historia de Europa no habría sido tan nefasta si hubieran perdido estadounidenses, británicos y franceses.
“En 2014”, explica Kettle, “tenemos que ir más allá de las perspectivas nacionales rivales y aprender a ver la guerra de una forma más objetiva y cuidadosa, algo que aún no ha sucedido”. Hay varios factores que, según explica el periodista británico, tenemos que tener en cuenta para imaginar una Europa donde hubiera ganado Alemania.
1. Alemania habría dominado Europa pero ¿qué Alemania?
Como es obvio, si las potencias centrales hubieran ganado la Gran Guerra, Alemania se habría convertido en la mayor potencia de Europa. No cabe duda de que la Alemania creada por Otto von Bismarck era conservadora, militarista y represiva, pero también hay que tener en cuenta que las ideas socialistas estaban ampliamente extendidas entre la clase trabajadora. Si la revolución estalló en Rusia, ¿por qué no en Alemania? Este país tenía además un movimiento obrero mucho más desarrollado y, quizás, menos radical. ¿Qué habría sido de Rosa Luxemburgo si Alemania hubiera ganado la guerra? Nunca lo sabremos, lo que es seguro es que la historia del país tras la guerra habría estado dominada por el conflicto de clases.
2. El tratado de Versalles nunca habría existido
¿Qué tratado de paz habría diseñado Alemania con respecto a Francia? ¿Habría sido tan duro como el tratado de Versalles? Hay que recordar que, con el paréntesis del Tercer Reich, Alemania no logró pagar las reparaciones firmadas en este tratado hasta el 3 de octubre de 2010, y la dureza del mismo fue sin duda uno de los desencadenantes del ultranacionalismo que llevó a los nazis al poder en 1933. Sin Hitler, ni habría habido II Guerra Mundial, ni Holocausto ni, por ende, conflicto en Palestina, dado que lo más probable es que nunca se hubiera creado el Estado de Israel. La historia en Oriente Medio habría sido completamente distinta, entre otras cosas porque Turquía habría estado entre los vencedores.
3. En Francia habría calado el fascismo, pero no del mismo modo
En una Europa dominada por Alemania el fascismo habría tenido más posibilidades de triunfar en Francia, por las mismas razones que triunfó en Alemania. Pero lo habría tenido más difícil. Para empezar, Francia es un país de profunda tradición republicana, donde las ideas fascistas habrían tenido una penetración más compleja. Pero, aunque hubiera triunfado un régimen de carácter dictatorial (algo factible, dado lo que ocurrió en Vichy), éste habría tenido mucho menos poder militar que en Alemania. Su acero y carbón estarían en manos alemanas, que controlarían Alsacia y Lorena, y su potencial militar habría sido mucho menor.
4. El imperio británico se habría esfumado
Tras la guerra Reino Unido habría perdido gran parte de su flota naval, tendría que haber renunciado a sus intereses en Oriente Medio y habría sido incapaz de contener el nacionalismo indio. En la práctica, el imperio británico habría desaparecido y, probablemente, Reino Unido habría acabando siendo una modesta república socialdemócrata.
5. La Guerra Fría nunca habría existido
Aunque Estados Unidos había enviado tropas a Europa, una victoria alemana en París habría precipitado su retirada. EEUU habría seguido siendo una potencia de primer orden pero, a buen seguro, habría practicado una política mucho más aislacionista y no se habría implicado en más conflictos internacionales. Franklin Roosevelt nunca habría luchado en Europa de haber estallado un conflicto y, si bien podría haberse librado una guerra con Japón, no habría tenido las dimensiones que acabó alcanzando.
Por su parte, la Unión Soviética habría sido la misma gran potencia, pero a Alemania no se le habría pasado por la cabeza invadirla, como hicieron en 1941. No habría habido II Guerra Mundial y tampoco Guerra Fría.
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