Begoña Callejón
culpa mía. Una fotografía se adhiere
a la cola de los genios. Acompaño
a las mujeres para que abracen sus
rodillas. La soledad transforma todas
las voces. No es culpa mía. La rapaz
me ha enseñado que la verdad no
es la verdad. La realidad palidece
en mis hombros. Las llamas de las
pesadillas mueren en mi lengua.
Un rosal agoniza bajo la grava y las
ampollas del delirio bajo la cama. La
voz del odio es lenta, el sufrimiento
veloz. Un billete de tren en la blusa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario