jueves, 11 de noviembre de 2010
TEATRO. "La reina Mab", de "Romeo y Julieta": William Shakespeare (1564-1616)
ACTO I. Escena IV
MERCUTIO
Ya veo que te ha visitado la reina Mab,
la reina de las ilusiones. Su cuerpo
es tan menudo cual piedra de ágata
en el anillo de un regidor.
Sobre la nariz de los durmientes
seres diminutos tiran de su carro,
que es una cáscara vacía de avellana
y está hecho por la ardilla carpintera o la oruga
(de antiguo, carroceras de las hadas).
Patas de araña zanquilarga son los radios;
alas de saltamontes, la capota;
las riendas, de la más fina telaraña;
los arneses, de reflejos lunares sobre el agua;
la fusta, de hueso de grillo; la cuerda, de hebra sutil;
el cochero, un mosquito con librea gris,
menos de la mitad que un gusanito
sacado del dedo holgazán de una muchacha.
Y con tal pompa, recorre en la noche
cerebros de amantes, y les hace soñar el amor;
rodillas de cortesanos, y les hace soñar reverencias;
dedos de abogados, y les hace soñar honorarios;
labios de damas, y les hace soñar besos,
labios que suele ulcerar la colérica Mab,
poblándolos de llagas por infectar sus alientos con el dulzor del almíbar.
A veces galopa sobre la nariz de un cortesano
y le hace soñar que huele alguna recompensa;
y a veces acude con un rabo de cerdo por diezmo
y cosquillea en la nariz al cura dormido,
que entonces sueña con su ascenso a otra parroquia.
A veces marcha sobre el cuello de un soldado
y le hace soñar con degüellos de extranjeros,
brechas, emboscadas, espadas españolas,
y en mares de cerveza...; y entonces le tamborilea
en el oído, lo que le asusta y despierta;
y él, sobresaltado, entona oraciones
y vuelve a dormirse. Esta es Mab,
que de noche enreda las crines de los potros,
la que amasa las greñas de los duendes en nudos pegajosos
que, peinados, anuncian grandes males.
Esta es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba,
las oprime y les enseña a concebir
y a ser hembras de buen fuste.
Esta es la que...
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