La Real Academia Española (RAE) ha “limpiado” El Quijote, para “adaptarla al uso escolar”. ¿Por qué? “El Quijote no debería leerse nunca con 15 años”, ha sentenciado el responsable de la “poda”, Arturo Pérez-Reverte, en la presentación de la versión entretenida del texto de Miguel de Cervantes. “Cuando se trata de trabajar en colegios con el texto íntegro, las digresiones y relatos insertos en él perturban a veces la aproximación amena, eficaz, que una herramienta educativa o una lectura sencilla pueden reclamar”, escribe el novelista en el prólogo de la edición producida, distribuida y comercializada, a 10,95 euros, en España y Latinoamérica, por Santillana (Prisa). Así, cree haber conseguido una lectura "sin interrupciones de la trama principal". "Se han retirado del texto original algunos obstáculos que pueden dificultar aquell", aunque dice que la "poda" ha sido "prudente y calculada". También ha tratado de mantener "fidelidad extrema al texto original".
Aparece con una tirada inicial de 30.000 ejemplares y su objetivo son los colegios: “Puede llegar a convertirse en la edición de referencia de las escuelas, porque es mucho más potente de las otras adaptaciones para escolares que hay. Esta es una edición avalada por la RAE y por Arturo Pérez-Reverte, que la hacen mejor que el resto de ediciones”, dijo Rosa Junquera, portavoz de la editorial, para aclarar que este libro no puede tener competencia. Confía en que se convierta en un long-seller. Así, con el paso del tiempo, se convertirá en una referencia única.
Este aspecto también lo promociona Pérez-Reverte en el prólogo: “Hay numerosos Quijotes escolares que consisten en adaptaciones, antologías y reescrituras del texto cervantino. Algunos son muy recomendables, pero en su mayor parte no permiten una lectura rigurosa, limpia y sin obstáculos, de la trama básica que narra la peripecia del ingenioso hidalgo y su escudero”. De hecho, matizó -a su manera- en rueda de prensa, que no hay ninguna autoridad por encima de la Academia.
Una edición “sin complicaciones”
Sin embargo, a pesar de subrayar el talante escolar de la edición, en el libro ha sido eliminada cualquier referencia a la edad a la que va destinada, de debería ser entre 14 y 17 años. De hecho, ha sido eliminada cualquier referencia: ni siquiera aparece un listado con los capítulos expurgados. Los Académicos reconocen que lo pensaron, pero que finalmente dejaron fuera ese listado, porque “había que evitar la complejidad”. “Queríamos una edición sencilla que no complicara la vida al lector con referencias eruditas, como las notas”, dijo Pérez-Reverte.
La versión de Fernando Rey y Alfredo Landa, guionizado por Cela, en 1992.
Darío Villanueva, secretario de la RAE y máximo aspirante a convertirse en el nuevo director de la Academia este jueves, añadió al término “escolar” el de “popular”, para señalar el hecho de que las aspiraciones comerciales van más allá del ámbito educativo: “Es para un público muy amplio, en la que no falte nada de lo fundamental”. “No hay edad para este Quijote, es una primera lectura que se puede hacer a los cincuenta años”, añadió el autor de Alatriste.
“Santillana es muy buena conocedora del ámbito educativo español y latinoamericano”, dijo Villanueva, por eso un tercio de la tirada será repartida en España, el resto en Latinoamérica. Junquera añadió que la tirada irá creciendo haciéndolo coincidir con el arranque del calendario lectivo en una y otra parte del mundo, produciendo todo el año.
Los beneficios y la prostitución
El secretario de la RAE también explicó que se pensó en Pérez-Reverte porque era esencial un novelista para adaptar la “poda”. El objetivo era “evitar meandros retóricos y doctrinales que existen en El Quijote”. El resultado ha sido muy satisfactorio, pero indica que “no es una operación comercial, aunque sí se va a vender”. Los beneficios percibidos de los derechos de autor serán repartidos entre la Academia y Santillana, pero el adaptador y reescritor no recibirá nada.
Precisamente, Pérez-Reverte, que indicó que su mirada ha sido esencial para coser el conjunto, subió la temperatura de la reivindicación económica en este sentido: “El Gobierno nos tiene completamente abandonados. La RAE es un asunto de Estado, pero el Gobierno ha abandonado a la Academia y es peligroso.Porque la Academia no puede prostituirse con obras baratas y hay momentos económicos muy difíciles como éste. La Academia mantiene el vínculo diplomático con América, cuando la política le da la espalda. La creación de un Diccionario es un ejercicio de diplomacia extraordinaria y complejidad de relaciones entre academias que no se pueden imaginar. La RAE es un asunto de todos, pero el Presidente del Gobierno no ha visitado la Academia en todos estos años”.
La estampa de Goya rescatada ahora.
En esta actualización Villanueva ha buscado la legitimación en una directriz gubernamental de 1912, que encargaba a la Academia la realización de un Quijote “de carácter popular y escolar y otra crítica y erudita”. 102 años después han cumplido con el encargo, pero también han confirmado las críticas furibundas que José Ortega y Gasset lanzó contra la directriz, tildándola de “desatino”, y medida “pragmática”. Una visión muy actual y con sabor contra los planes de estudios de Bolonia: “No es lo más urgente educar para la vida ya hecha, sino para la vida creadora”, escribía el filósofo, enemigo de la formación “útil para la vida práctica de los alumnos”.
También se ha querido modernizar El Quijote en el apartado visual. ¿Cómo? Recuperando las ilustraciones originales del siglo XVIII, inéditas hasta el momento. Entre ellas, el descarte de un joven Goya, que iluminó la graciosa escena del rebuzno. Villanueva exhibe a gala la decisión y la reparación del rechazo… aunque la purga de Pérez-Reverte ha dejado fuera de la selección el tema que ilustró el pintor.
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