PREMIO CERVANTES 2014
Los imprescindibles de Juan Goytisolo
Un "moro en todas partes", un escritor de "nacionalidad cervantina" y "anómalo como todo creador". Así se ha definido en más de una ocasión Juan Goytisolo, autoexiliado primero en París y en Marrakech desde los años ochenta. El escritor barcelonés ganó ayer el Premio Cervantes 2014 por "su capacidad indagatoria en el lenguaje y en sus propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en varios géneros literarios; por su voluntad de integrar a las dos orillas, a la tradición heterodoxa española y por su apuesta permanente por el diálogo intercultural", rezaba el fallo del jurado del galardón que entrega el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Definido como uno de los escritores cumbres de la literatura española desde la posguerra, siempre de espíritu crítico y alabado por una renovación estilística que ha evolucionado desde el realismo social de los años cincuenta a nuevos caminos literarios que funden prosa y poesía, rompen las fronteras de la voz, la perspectiva o la cronología y reivindican la oralidad.
Goytisolo, que siempre ha defendido que "en la poesía y la novela no cabe la corrección política", ha contado que tiene algún material sin publicar pero que ya está retirado de la ficción. Así lo dijo en 2003 cuando publicó Telón de boca pero en 2008 vio la luz El exiliado de aquí y allá. Entonces añadió: "Es definitivo. No tengo nada que decir y es mejor que me calle. No escribo para ganar dinero ni al dictado de los editores".
Ha escrito más de cincuenta libros, que van desde el ensayo, a la narrativa, el reportaje, la literatura de viajes, las memorias o, recientemente, la poesía, y muchos de ellos no vieron la luz en España por la censura franquista que sufrió desde 1963 hasta la muerte del dictador. Estas son cinco de las obras imprescindibles del escritor barcelonés.
Juego de manos (1954). Es una de sus primeras novelas. Aborda, desde el realismo social de los años cincuenta, la historia de un grupo de jóvenes acomodados que juegan a ser rebeldes y anarquistas ante la desafección en la que viven. Goytisolo presenta así a un puñado de personajes enfangados en la ficción y que representan la crueldad del sistema en un muy interesante relato, en cuanto que corresponde a un primer periodo con un tipo de escritura que abandonaría una década después, donde se aprecia ya una fuerte presencia de sus objetivos críticos y políticos y que hoy tiene la máxima vigencia.
'Señas de identidad', de Juan Goytisolo
Señas de identidad (1966). La publicó en 1966 en México por la censura y llegaría a España una década después. Goytisolo siempre ha considerado esta novela como su obra más madura y supuso una ruptura con el realismo crítico de posguerra que venía cultivando para pasar a la experimentación narrativa.Señas de identidad es la primera parte de una trilogía, que luego continuarían Reivindicación del conde don Julián (México 1970, España 1976) y Juan sin tierra (1975).
Retrata una ácida visión de España protagonizada por Álvaro Mendiola, alguien que, como ha dicho el propio autor, se enfrenta al error de nacer en una época equivocada. Mendiola, el alter ego del escritor, es un exiliado en Francia por su oposición al franquismo que vuelve a reencontrarse con sus raíces cuando retorna a España. Es este intento por recuperar su pasado cuando se encuentra con un marcado desarraigo que le sirve a Goytisolo para hablar del rechazo a España, tan presente en su creación literaria, aunque lo más significativo de esta obra es la ruptura con la tradición realista y la asunción de técnicas de la novela moderna con cambios en los puntos de vista, saltos en el tiempo, el uso de la segunda persona o la mezcla de géneros.
Makbara (1980). Esa interculturalidad de la que habló ayer el jurado del Premio Cervantes se empieza apreciar en esta novela. Aquí aparecen el mestizaje cultural y la influencia del mundo árabe, ligada también a la libertad para tocar temas sexuales. Es una suerte de poema narrativo que fusiona de una forma personalísima una historia de amor personalizada en Ángel, un joven de París, y un desconocido y bien dotado marroquí en una revisión contemporánea de la clásica historia de amor medieval de Abelardo y Eloísa, y la decadencia de las sociedades occidentales europeas. El mundo árabe también emerge en otras obras como El furgón de cola (1967), Las virtudes del pájaro solitario (1988), El problema del Sáhara (1979) o Crónicas sarracinas (1982).
Presentación 'Genet en el Raval' del Premio Cervantes, Juan Goytisolo (EFE)
Coto vedado (1985). Primera parte de su autobiografía, que después continuaría en En los reinos de Taifa (1986), en la que aborda de forma cronológica su infancia, educación, exilio y homosexualidad así como la falta de raíces y su condición de extranjero y errante. Goytisolo une aquí la escritura tradicional con la experimentación más creativa utilizando, por ejemplo, largos párrafos sin signos de puntuación, excepto sus característicos dos puntos para unir ideas.
Goytisolo definió en la presentación de Coto vedado que este libro, que va desde su nacimiento en 1931 hasta su exilio en París en 1956 cuando conoce a la novelista y guionista Monique Lange –con quien, explica, descubre la sexualidad en una mujer y se casaría en 1978–, no era una confesión sino "sólo un libre examen de conciencia". El segundo volumen abarca desde que se instala en París hasta que descubre su homosexualidad y su atracción por la cultura árabe.
Una autobiografía que "debería ser forzosamente la obra de un español que ha vivido muchos años fuera y ve a España de una manera muy distinta". "La literatura española ha oscilado entre la hipocresía y el exhibicionismo. Yo he querido resolver mi conflicto hablando con sencillez, huyendo de esos extremos", añadía. "Es un libro que le debe todo a España y nada a la tradición literaria española. En él se aborda un género que no se ha cultivado en este país, salvo excepciones, y que sí ha tenido numerosos y magnífico ejemplos en las literaturas francesas e inglesa".
Es pues una autobiografía que fusiona, como sus estilos narrativos, la visión personal de una vida marcada por la Guerra Civil y la posguerra, la dictadura y ese sentimiento constante de apátrida. "Castellano en Cataluña, afrancesado en España, español en Francia, latino en Norteamérica, nesrani en Marruecos y moro en todas partes, no tardaría en volverme a consecuencia de mi nomadeo y viajes en ese raro espécimen de escritor no reivindicado por nadie, ajeno y reacio a agrupaciones y categorías", escribió en Coto vedado.
Ardores, cenizas, desmemoria (2012). La última creación literaria de Juan Goytisolo es este poemario que, afirmó, pasó por su cabeza al decidir abandonar la novela como "bandas de cigüeñas". Son nueve poemas breves que mantienen su estilo heterodoxo y están acompañados por un ensayo titulado Belleza sin ley y una nota inicial. Pero si es simbólico este libro es por algo que él mismo explica en esa nota introductoria: "Decir que fue visitado sin invitación alguna por los nueve poemas aquí reunidos se ajusta rigurosamente a la verdad. Cierto que una gran parte de mi obra novelesca a partir de Don Julián es a la vez prosa y poesía". Aquí encontramos, por tanto, al Goytisolo poeta que vuelve a reivindicar la lectura en voz alta, reflexivo y, cómo no, crítico con la sociedad.
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