sábado, 21 de noviembre de 2009
FILOSOFÍA. Schopenhauer. Textos (2)
La manera más segura de no llegar a ser muy infeliz es no querer ser muy feliz.
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El más eficaz consuelo en toda desgracia, en todo sufrimiento, en todo revés, es volver la mirada hacia los que aún son más desgraciados que uno. Este remedio se encuentra al alcance de cualquiera. Pero, ¿qué resulta de él para el conjunto? Tal como los carneros juegan en el campo mientras que con la mirada el carnicero hace su elección en el rebaño, no sabemos, en nuestros días de felicidad, qué desastre -enfermedad, persecución, ruina, mutilación, ceguera, locura, etc.- nos prepara el destino a esa misma hora.
Todo cuanto tratamos de asir opone resistencia; todo tiene su voluntad hostil, que es preciso vencer. En la vida de los pueblos la historia no nos muestra más que guerras y sediciones: los años de paz no parecen más que cortas pausas, entreactos, momentos en los que la vida se suspende. De igual manera, la vida del hombre es un combate perpetuo, no sólo contra los males abstractos, la miseria o el aburrimiento, sino también contra los demás hombres. En todos lados hay un adversario: la vida es una guerra perpetua, y se muere empuñando un arma.
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