SER DOS
(O HACIENDO COLA EN LA PESCADERÍA CON LUCE IRIGARAY, CUANDO LA MENTE CHARLATANA SE DESCUIDA Y EL PENSAMIENTO DICE MUY BAJITO)
No podemos cambiar al otro.
Sólo jugar al intento arriesgado
-siempre arriesgado-
de amar-nos
tal
como
somos.
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