El cómic puede ser todo un arte, ¿o era al revés?
Historietistas reinterpretan en viñetas e ilustraciones grandes obras de la pintura en una muestra de la Fundación Telefónica
Madrid
'First floor Joconde', de David Prudhomme
Entrar en una exposición y encontrarse a La Gioconda como vigilante de sala puede parecer imposible pero no lo es. La de la Monna Lisa es una de las primeras imágenes que surgen en El Arte en el cómic, que se inaugura hoy en la Fundación Telefónica. Como si de una gran pinacoteca se tratara, la exposición reúne a Velázquez, Rembrandt, Toulouse-Lautrec, Picasso, Brueghel, Klimt… todos reflejados desde el prisma de los dibujantes de cómic.
La línea que separa las artes tradicionales de la historieta es cada vez más difusa. A ello contribuye que instituciones como el Museo del Louvre, el de Orsay o el Thyssen de Madrid ya se hayan involucrado con el noveno arte. Los dos franceses tienen colecciones de cómics basadas en obras de sus fondos y el madrileño encargó al dibujante Miguel Ángel Martín una historieta con motivo de la exposición Mitos del Pop, celebrada en 2014. Martín creó un relato que transcurría en esta exposición, que llevó a su terreno y a su psicodélico imaginario.
El comisario de la muestra, Asier Mensuro, señala cómo dentro del cómic hay verdaderos tratados y ensayos del pensamiento de sus creadores. En el caso de Martín destaca una de las viñetas en la que dice que Duchamp mató el arte y Warhol lo enterró. Otro tratado, según el comisario, es El espejo del alma de Teresa Valero y Juan Díaz Canales, que en solo tres páginas hace un repaso de toda la historia de la pintura impresionista.
El cómic es capaz de inspirarse en la pintura y de homenajearla a la vez, así que los responsables de Fundación Telefónica pidieron ex profeso a varios dibujantes que, basándose en obras de la propia colección, hicieran sus interpretaciones. Tyto Alba hace su lectura sobre Vaso, periódico y botella de vino de Juan Gris. En cada uno de los planos del pintor cubista, Alba ha creado una viñeta. Mamen Moreu se enfrentó, más bien se unió, a Picasso, convirtiendo su obra Pintor trabajando en un autorretrato. A Tàpies es al que más le costó afrontar. Moreau no sabía cómo abordar Assemblage amb graffitti del artista catalán. Sin embargo, una vez terminado se confiesa “muy orgullosa” del resultado, y ha hecho deltàpies su mesa del trabajo. Se imaginó una página de cómic en el suelo y de ahí tiró lo que tenía encima de la mesa, le gustó lo que veía y a partir de ahí ha hecho su lectura. Javier Olivares y Santiago García, Premio Nacional del Cómic 2015 por Las Meninas, se han atrevido ahora con Joaquín Torres García y su Constructivo en blanco y negro “TBA”.
De Velázquez a Rembrandt
La última parte de la exposición es un repaso por la cantidad de obras en las que la pintura está dentro del cómic: desde el realismo del Cristo de Velázquez de Luis García Mozos, a los homenajes a Rembrandt de Jacobo Fernández Serrano y Daniel Torres con La ronda del baño turco, en la que los personajes de La ronda de noche conocen a las odaliscas de Ingres. El Guernica de Picasso no podía faltar. Entre otras interpretaciones se muestra la de Paco Roca.
Inevitablemente están presentes dibujantes de la revista El Jueves como Gin, que transforma a la bailarina de Toulouse-Lautrec Jane Avril y a Mariana de Austria, de Velázquez, en futbolistas. Del pintor sevillano también hay una viñeta que representa a Las Meninas como Las mendigas de la serie que la revista dedicó a la crisis. Otra obra histórica es la portada del número 100 de El víbora, en la que colaboraron multitud de dibujantes: Pons, Martí, Gallardo, Nazario... en tiempos en los que no había ni siquiera correo electrónico. “Esto es Historia de España”, dice el comisario. Por tanto, historia del arte también. La Fundación Telefónica quiere dibujar, con esta exposición, la segunda viñeta de su particular historieta, que empezó con la exposición Paco Roca. Dibujante ambulante, para intentar contribuir a incluir el cómic en museos y galerías.
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