domingo, 2 de marzo de 2014

RECOMENDACIÓN DE LECTURA. Novela: "El último cortejo", de Laurent Gaudé


   De la contracubierta:
   Poseedor de una de las prosas más originales de la narrativa francesa actual y de un talento refrendado con los galardones más importantes de su país —Premio Goncourt por El sol de los Scorta y Premio de los Libreros por El legado del rey Tsongor—, Laurent Gaudé recupera el aliento épico que marcó el éxito de esta última para narrar el destino de otro monarca que afronta su hora final: el gran conquistador macedonio Alejandro Magno. Tras someter a griegos, fenicios, egipcios y persas, y llegar con su ejército hasta la India, Alejandro regresa a Babilonia para preparar nuevas expediciones y conquistas. Sin embargo, durante una fiesta en palacio, este hombre elevado a la categoría de semidiós se derrumba súbitamente, presa de una terrible fiebre. Moribundo a los treinta y dos años, Alejandro hace balance de su vida, preguntándose si habrá alguien capaz de mantener unido su vasto imperio. Muy lejos de él, Dripetis, hija del derrotado rey Darío y viuda del mejor amigo de Alejandro, abandona el templo en el que había buscado refugio para proteger a su hijo y regresa a la corte, pues será ella quien deberá acompañar al famoso conquistador en su último viaje. Así, las voces de Alejandro y Dripetis evocan con vibrante intensidad el ocaso de un mundo pleno de gestas heroicas. 
   A un tiempo canto fúnebre y sugerente reflexión sobre el honor, la pasión y el poder, esta última novela de Laurent Gaudé es un relato fascinante que, a través de una figura de dimensiones legendarias, sumerge al lector en el corazón palpitante de la Historia.


   La crítica ha dicho:

«Una novela polifónica, concebida como una sucesión de escenas con los protagonistas de esta historia excepcional.» Livres Hebdo

«Laurent Gaudé brilla en esta especie de poema épico donde se unen lo grandioso y lo íntimo, la prosa y la poesía.» Le Figaro 

«Una escritura magnífica, al mismo tiempo lírica y sobria.» Panorama «Una novela a la altura de la mejor mitología, donde el amor y el honor demuestran ser más poderosos que la muerte.» Le Matin 

   Así comienza:
   Cuando lo sorprende el primer espasmo, nadie advierte nada y quienes lo rodean siguen riendo. Mueve los hombros de forma casi imperceptible, como para protegerse de un golpe invisible -un gesto ínfimo que se pierde en el barullo del banquete-, se dobla ligeramente por la cintura y con una mano se sujeta el vientre. El dolor es tan agudo que lo paraliza por unos segundos, pero, antes de que grite, antes de que tenga siquiera tiempo de asustarse, remite. Alrededor, la música suena cada vez más fuerte, una barahúnda de risas, flautas y tambores. Recobra el aliento. Ha sentido en sus entrañas esa cosa naciente, como un desplome del cuerpo, pero el dolor ha pasado tan deprisa que lo deja estupefacto. Levanta la cabeza, constata que en torno a él los invitados continúan riendo sin que nadie haya advertido nada y entonces pide que vuelvan a servirle.

   Acaba de levantarse y, frente a las altas montañas de Aria, el aire de la mañana se ha vaciado de los sonidos del mundo: vuelo de pájaros, soplo de viento, clamor lejano... Todo está frío e inmóvil. Se encuentra lejos de Babilonia, en la terraza de ese templo colgante que ha escogido como refugio. Uno tras otro, los sacerdotes se levantan también, como todas las mañanas, para ocuparse en silencio de sus quehaceres. De pronto, uno de ellos se detiene en lo alto de la muralla y apunta con un dedo la llanura. "¡Mirad!". Ella, igual que los demás, se acerca con presteza al parapeto, impaciente por ver lo que el sacerdote señala, pero en cuanto apoya la mano en el borde, siente que alrededor el aire se carga de amenazas.

   Coge de nuevo su copa y bebe a la manera macedonia, como lo hacía su padre, dando largos tragos, sin cortar el vino, hasta estar borracho y tambalearse. Cuando la deja en la mesa, intenta levantarse, pero no lo consigue y se desploma sobre la silla. El alcohol hace que la cabeza le dé vueltas. Nota que lo miran. Nadie ha advertido que lo ha traspasado el dolor, pero todo el mundo se percata de que está borracho. Los rostros que lo rodean cambian. Lo temen cuando está ebrio. Desde que en el banquete de Samarcanda mató con sus propias manos a Clito, su hermano de sangre, palidecen si ven que su conciencia se ahoga en vino. Nadie puede saber qué pasará cuando el alcohol vele sus ojos y trabe su lengua...


ÚLTIMO CORTEJO, EL
Autor:
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Título original:
Pour seul cortège


Traducción:
Teresa Clavel Lledó 
PVP: 15,00

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