Álex Grijelmo
El Real Madrid ‘versus’ el Barcelona
¿Cómo nos hemos arreglado tanto tiempo sin 'versus'? ¿Se llenarían los estadios antaño sin esta palabra en los carteles?
Hoy juega el Real Madrid versus el Barcelona, según los anuncios de los diarios.
La Liga se disputa desde 1928, pero ningún amigo nos preguntó nunca: "¿Vas a ver al Madrid versus el Barça?". Sin embargo, ya se encuentran versus y su abreviatura vs. en taquillas, publicidades, marcadores electrónicos y periódicos. Hasta en los bares: "Vea aquí Madrid vs. Barça". ¿Cómo nos las habremos arreglado tanto tiempo sin versus? ¿Se llenarían los estadios antaño sin que tal palabra figurase en los carteles?
Seguro que este versus de nuestros días ofrece ventajas insospechadas. Algo tendrá que uno no acierta a ver, porque prolifera en el fútbol y en otras materias.
Fernando Lázaro Carreter denunció este versus impostor: “No hay novedad más imbécil”, escribió sin ambages
Ciertos titulares sobre los premios Oscar hablaban de “calidad versus cantidad”, y una obra que se ha estado representando en Madrid, escrita por Fernando Arrabal, llevaba por título Dalí versus Picasso. Incluso anoté versus en una intrusiva publicidad recibida en mi móvil el 11 de noviembre de 2013 (las faltas son del original): "Movistar emocion: Sigue la gran Final de Rafa Nadal vs Djokovic minuto a minuto! Pruebalo GRATIS la semana aquí". (Releído ahora, lo de menos es que incluyera versus).
¿De dónde ha salido este ser extraño entre nuestras preposiciones?: del inglés, aunque parezca latín; sin duda por influencia del lenguaje jurídico sajón. El problema radica en que versus equivale en inglés a “contra” o “frente a”, mientras que la preposición latina versus significaba “hacia” y origina “vers” en francés y “verso” en italiano, con igual sentido.
La distancia entre el significado inglés y el del latín se explica con el hecho de que el versus sajón, usado en sus tribunales desde el siglo XV, no procedía de la preposición latina versus (hacia) sino del participio pasado (escrito también versus) del verbo verto: “volver”. Así, “Smith versus Morgan” se entendería como “Smith vuelto a Morgan” o “mirando a Morgan”, del mismo modo que “versus ad occidentem” equivale a “mirando a poniente”. En mejor traducción, pues, “Smith frente a Morgan”.
El Diccionario de anglicismos del académico panameño Ricardo Joaquín Alfaro ya recogía en 1950 algunas muestras de este uso anglicado en el español de Argentina. Y el académico español Emilio Lorenzo lo abordó asimismo en Anglicismos hispánicos (1996). Camilo José Cela se permitió una ironía al respecto con el título de su novela Cristo versus Arizona (1988), uno de cuyos párrafos dice: “No es verdad que a Cristo le metieran pleito en Arizona”. (...) “Cristo va hacia Arizona”. Y el propio escritor lo resaltaba en EL PAÍS el 14 de febrero de 1988 al hablar de su novela: “Aclaro que la preposición versus la empleo en su real significado de ‘hacia’, no ‘contra”.
Fernando Lázaro Carreter (El dardo en la palabra, 1997, página 333) denunció asimismo este versus impostor: “No hay novedad más imbécil”, escribió sin ambages.
Pero el Diccionario Panhispánico de Dudas (2004) se aleja de tan doctos criterios: da por bueno el origen de versus en la preposición latina (no en el participio del verbo verto, infinitivo vertere) y señala que “no es censurable su empleo”, si bien recomienda “sustituir este latinismo anglicado por la preposición española contra o por la locución preposicional frente a”. Lo cual quedará contradicho a su vez por la nueva edición del Diccionario, pues la Academia, movida sin duda por el uso periodístico, prevé incorporar una entrada con este tenor:
“Versus. (Del inglés versus, y este del latín versus, ‘hacia’). 1. preposición. Frente a, contra. ‘Occidente versus Oriente”.
Un examen minucioso sobre la presencia de versus en el banco de datos académico del español actual (1975-2004) permite señalar que esta voz apenas tiene usos literarios (aparece solo en 9 novelas, todas ellas hispanoamericanas), aunque sí algunos más en textos periodísticos, técnicos y jurídicos: 450 menciones; poca cosa en comparación con los 154 millones de registros de ese corpus o con los 80.000 que puede contener un libro de 300 páginas.
Pero hoy juega el Madrid versus el Barça, y estamos de acuerdo en que todos estos detalles carecen de importancia.
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