Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
Hay que medir, pensar, equilibrar...,
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...,
un poco de pirata...,
un poco de poeta...,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.
Gabriel Celaya
5 comentarios:
De todos los poemas dedicados a los educadores, para mí este es el mejor, por que al recitarlo afloran todas las emociones desde lo más intimo del ser y alma de maestro.
Encántame este poema, acabo de descubrilo. Moitas gracias.
Impresionante poema que logra definir la pasión vocacional de los docentes. Cerraré con él una Lección Magistral de Graduación en la Universidad de Salamanca.
Siempre me ha gustado este poema de Celaya. Estoy buscando el libro en el que aparece, pero no lo encuentro. ¿Podría alguien darme la respuesta?. Muchas gracias
Hola:
He escrito un libro titulado "Celaya, esencial". Si deseais algún ejemplar, os lo puedo enviar por 15 euros, gastos de envío incluidos.
Saludos
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