He perdido mi patria, dejó escrito Gustavo Sintora en el inicio de uno de sus cuadernos. Pero cuando escribió esas palabras, Sintora no se refería a ningún país, a ningún ejército ni territorio, a ninguna bandera. Su patria fue una mujer, una mujer que tenía nombre y ojos de atardeceres.
Éstas son las palabras con las que comienza esta obra, una historia de amor, de amistad, de miedo y de soledad.
Premio Primavera de Novela 1999.
(Texto de la contracubierta).
Editada por PLANETA DeAGOSTINI, está en la BIBLIOTECA.
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