Poética
Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.
Añadimos otro poema:
Madrigal
El sol ha cedido en la sombra
el mar encrespa de repente sus olas
Menea los manglares
donde flotan cientos de garzas
largas como preocupaciones
Y tú sales del mar
llenas
todo el centro del mundo
igual que el mediodía
Centelleas
contra el toldo del bar
donde leo el periódico
intranquilo
donde bebo
donde busco la orilla
de este siglo
de estos tiempos de lucha
de hermosura
y de escarnio
Y una antología.
Y un artículo sobre el poeta, de la revista Letras Libres.
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