El siglo más corto
Un ameno ensayo de López Vega hojea el calendario del año en que estalló la Gran Guerra
Antonio López Vega (Madrid, 1978) publicó en 2011 una imponente biografía de Gregorio Marañón (Radiografía de un liberal, Taurus); ahora, cien años después del inicio de la I Guerra Mundial, presenta un ensayo informativo sobre el estado del mundo en aquella época. Este 1914 no es equiparable a otras obras aparecidas en castellano con idéntico título, las de Max Gallo, Margaret MacMillan o Max Hastings; mientras que estos historiadores analizan el comienzo de laGran Guerra y sus primeras consecuencias, López Vega va más allá de la contienda y rememora otros sucesos de aquel mismo año —no sólo europeos—, en los que se basa para referir las profundas transformaciones que entonces acontecían o se gestaban en el pensamiento, las artes, la política internacional o la industria.
Por ejemplo, en el mes de febrero de 1914, la sufragista Mary Richardson atentó contra La Venus del espejo, el cuadro de Velázquez expuesto en Londres. Con su gesto de terrorismo artístico pretendía llamar la atención sobre el encarcelamiento de su correligionaria, la señora Pankhurst. En marzo, el joven filósofo Ortega y Gasset dictó una exitosa conferencia en el madrileño Teatro de la Comedia: Nueva y vieja política. En mayo, Stravinski estrenó su ópera El ruiseñor; en esta ocasión no causó el escándalo que el año anterior provocara en París el estreno de la Consagración de la primavera. Junio trajo el atentado en Sarajevo; Gavrilo Princip mató a tiros al archiduque Francisco Fernando: fue el detonante de la I Guerra Mundial. Al magnicidio le sucedió en julio el asesinato del líder socialista francés Jean Jaurès.
En agosto, mientras toda Europa se declaraba la guerra, el vapor estadounidense Ancon cruzaba el canal de Panamá: fue la primera travesía, recién finalizada aquella obra faraónica. En septiembre tuvo lugar la batalla de El Marne. En octubre falleció en Buenos Aires el general Julio Argentino Roca.
Con estos y otros sucesos López Vega repasa el legado de aquel “corto siglo XX” —así llamado por Eric Hobsbawm al afirmar que comenzó en 1914 y concluyó en 1991, con el derrumbe de la Unión Soviética—. El autor destaca la lucha por el sufragio universal y el auge del feminismo; la influencia de los intelectuales en la política; las derivas del arte; la rebelión de las masas o el nacionalismo como factor de violencia; también, la universalización de la guerra con la aniquilación inmisericorde de civiles y los genocidios. Además, incide en la hegemonía y el poder de Norteamérica o el desarrollo de China y Japón, sin olvidar los conflictos en Sudamérica.
La Gran Guerra estalló cuando estaban cambiando muchas cosas, vías nuevas de pensamiento subvertían el viejo orden y sepultaban el famoso “mundo de ayer” descrito por Stefan Zweig. Que aquel horror aceleró muchos de esos cambios, truncó otros y trajo nuevos a escala mundial es un hecho que nadie discute. López Vega los sintetiza con cierta premura en su afán enciclopédico, pero el resultado es ameno, y nos refresca la memoria de ese siglo tan conflictivo y rompedor.
1914. El año que cambió la historia. Antonio López Vega. Taurus. Madrid, 2014. 224 páginas. 18,50 euros
No hay comentarios:
Publicar un comentario