Enrique Villagrasa González
Amanecer
Amanece cada día,temprano, y el alma
al frío oscuro,
de los más frágiles;
en el umbral, siempre,
en contenida sombra,
la caricia de sus labios.
Busco de la tarde los destellos,
del quiebro de su sonrisa
y cristal herido por su luz
cortejo el mar. Eco de celo.
El fulgor de sus ojos quiero.
La memoria del dolor y su vértigo,
para contemplar el asombro.
Y la vida duele,
en su oscura mirada,
cuando nieve
derramaba noviembre,
en el parque donde jugábamos
al mediodía.
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