Enrique Villagrasa González
abril
I
Entre mis brazos olvidas
del mundo sus ecos,
y cómo recibo tu brisa húmeda.
del mundo sus ecos,
y cómo recibo tu brisa húmeda.
Entre mis brazos olvidas
cómo es del bosque su luz,
cómo del lenguaje su palabra.
cómo es del bosque su luz,
cómo del lenguaje su palabra.
El coito y la página
fueron poemas.
Tu luz y mi destino
son versos evidentes.
fueron poemas.
Tu luz y mi destino
son versos evidentes.
II
Cruzo tus labios entreabiertos
—rompió el mar contra la rosa—
y me enfrento a tu lengua,
terciopelo de vacío.
Y te ofreces con tu silencio
en el bar de la esquina,
y mis manos recorren tus poros
y todos sus nombres.
—rompió el mar contra la rosa—
y me enfrento a tu lengua,
terciopelo de vacío.
Y te ofreces con tu silencio
en el bar de la esquina,
y mis manos recorren tus poros
y todos sus nombres.
III
No estoy solo:
por fin te has buscado
en la desnudez del mundo
y ya entre mis versos te hallas.
por fin te has buscado
en la desnudez del mundo
y ya entre mis versos te hallas.
Te encuentras
viva lágrima
y entre tus brazos
el recuerdo de aquellos años mozos,
de aquel verano singular y único
que golpeó el asombro.
viva lágrima
y entre tus brazos
el recuerdo de aquellos años mozos,
de aquel verano singular y único
que golpeó el asombro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario