Marta Sanz
le ha brotado
una col,
un repollo,
una patata,
tres flores de almendro
y una de cerezo.
Anémonas y peonías.
Y un mal augurio.
A la mañana siguiente,
ha encontrado
a la puerta de su casa:
una huerta,
un jardín
y un pájaro
atravesado
por una aguja de hacer punto.
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