José Luis Blanco Garza
Viene a la sombrilla,
me coge la mano
y me quita el libro
con cara de enfado.
Consuelo es tan chica,
apenas tres años,
y tiene razón.
Gracia, mientras tanto,
sonríe callada
y, otra vez soñando,
se mete en su mundo
-tan lejos, tan claro-.
Insiste Consuelo,
hasta que al fin vamos
y nos zambullimos
con bromas y escándalo;
por un tiempo, el tiempo
no es el tipo raudo
que nos adelanta.
Después regresamos
y leo en tus ojos
un dulce inventario;
un frágil poema
que escribiré cuando
los días se llenen
de frío y desánimo.
Del libro inédito Una vida cualquiera
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