El tatuador de pezones
Es el 'Da Vinci de los pezones'
Españolas operadas de cáncer de mama le reclaman para la campaña 'La guinda del pastel
Volará a España para enseñar su técnica de 'pintar' areolas 3D
Vídeo: ANA GONZÁLEZ RUEDA
Mientras Sweet home Alabama suena de fondo, el zumbido de las agujas de tatuar lle
ga alto y claro. También se escuchan risas femeninas en una de las salas, precedida por un mapa de EEUU y otro del mundo. A la tienda Little Vinnies Tattoos en Finksburg (Maryland) llegan mujeres de todos los continentes para hacerse untatuaje terapéutico de pezones o areolas; es el final de un viaje que comienza con el diagnóstico de cáncer de pecho o una mastectomía preventiva. Esta estación final -a las afueras de Baltimore- es un principio. Y por eso, hay risas. Pero también por el buen hacer del maestro Vinnie Myers, de 52 años, que se encarga de tatuar pezones en 3D y areolas a sus clientas desde hace 15 años. "Increíble. Es un artista. Llegaba bastante nerviosa y hemos estado hablando, riendo... Se ha pasado rápido gracias a Vinnie y su mujer Robin", dice una de las clientas tras tatuarse los dos pezones. La cita la cerró en mayo de 2014, después de someterse a una mastectomía preventiva, es decir, que a la mujer le amputaron los dos pechos sanos por el alto riesgo que tenía de sufrir un cáncer genético. Y los pezones, que contienen glándulas susceptibles de desarrollar la enfermedad, también se quedaron en el quirófano.
ga alto y claro. También se escuchan risas femeninas en una de las salas, precedida por un mapa de EEUU y otro del mundo. A la tienda Little Vinnies Tattoos en Finksburg (Maryland) llegan mujeres de todos los continentes para hacerse untatuaje terapéutico de pezones o areolas; es el final de un viaje que comienza con el diagnóstico de cáncer de pecho o una mastectomía preventiva. Esta estación final -a las afueras de Baltimore- es un principio. Y por eso, hay risas. Pero también por el buen hacer del maestro Vinnie Myers, de 52 años, que se encarga de tatuar pezones en 3D y areolas a sus clientas desde hace 15 años. "Increíble. Es un artista. Llegaba bastante nerviosa y hemos estado hablando, riendo... Se ha pasado rápido gracias a Vinnie y su mujer Robin", dice una de las clientas tras tatuarse los dos pezones. La cita la cerró en mayo de 2014, después de someterse a una mastectomía preventiva, es decir, que a la mujer le amputaron los dos pechos sanos por el alto riesgo que tenía de sufrir un cáncer genético. Y los pezones, que contienen glándulas susceptibles de desarrollar la enfermedad, también se quedaron en el quirófano.
La dirección de la tienda de Vinnie Myers está anotada en mayúsculas en la agenda de la madrileña Cova Saras, de 33 años, productora de publicidad, quien ha superado un cáncer en el pecho derecho diagnosticado en 2013. "Al comenzar el proceso enseguida me hablaron de la reconstrucción del pezón. Yo respondí que eso era la guinda del pastel, que cuando llegara el momento miraría opciones. Cuando todo pasó supe del trabajo de Vinnie Myers, me pareció una maravilla, y me planteé ir a EEUU a tatuarme. Luego pensé que lo bonito sería traerlo aquí, acercar el trabajo de los tatuadores a los hospitales, porque aquí casi siempre están tatuando el equipo de cirugía plástica, cirujanos, enfermeras o esteticistas".
'Es más impactante que te quiten el pezón que el pecho', sostiene Cova, impulsora del viaje de Myers a España
Dicho y hecho. Hace tres meses Cova, junto con su marido Pablo y su ex jefe, Luis, fundó la asociación Despechadas y su primera actividad ha sido el lanzamiento de una campaña decrowdfunding para recaudar los 10.000 euros que cuesta el viaje de Vinnie Myers a España para que tatúe a cuatro mujeres -Cova entre ellas- y dé una conferencia y unamaster class. A la campaña, como no podía ser de otro modo, la han bautizado La guinda del pastel. Conseguida la financiación en sólo 20 días, si nada se tuerce, el mejor tatuador de pezones del mundo estará en Madrid del 22 al 25 de febrero.
El pasado jueves, cuando Crónica lo visitaba en Baltimore, en los prolegómenos de su viaje a España, el artista tatuó areolas y pezones a ocho mujeres. Y ese ritmo no cesa. "Hay demasiadas afectadas por cáncer de pecho", se lamenta Myers, que tiene lleno el calendario hasta junio y sabe que ni con un ejército de artistas del pezón podría ayudarlas a todas pese a que se calcula que ya ha tatuado más de 4.000 pezones. Mujeres que llegan de Alaska, Japón, Arabia Saudí, Sudáfrica, Valencia...
Según se lee en el libro de agradecimientos del local de Myers, sus tatuajes hacen que las clientas se sientan "completas" y dejen de verse "mutiladas" ante el espejo. "El cambio es tremendo. Entran con la mirada de verse incompletas y se van de la tienda, sintiéndose enteras. Sin duda, lo que más me dicen es que las he hecho sentirse completas", resalta satisfecho.
Vídeo: OLMO CALVO
En la industria del tatuaje desde 1991, Myers empezó a darle este giro terapéutico a sus trabajos en 2001. Entonces, su hermana le informó de que sufría cáncer de pecho y poco a poco se fue involucrando más en este arte, menos gratificante desde el punto de vista artístico pero mucho más en el personal. "Realmente, no lo busqué. El cambio me encontró a mí", dice rememorando la lucha interna que tuvo entre los dos tipos de tatuajes hasta que en 2010 decidió dedicarse exclusivamente al tratamiento de operadas de cáncer.
Sólo en España, cada año se diagnostican 22.000 cánceres de mama y, en la mayoría de los casos, la operación implica también la extirpación del pezón. "Es más impactante que te quiten el pezón que el pecho. El pecho te lo puedes poner de silicona pero el pezón no", dice Cova Saras, la mujer que trabaja para traer a Myers a España y quien pronto lucirá uno de sus prestigiosos pezones.
Lo más demandado
¿Y qué hace especial el trabajo de Myers? Lo primero, su habilidad con la máquina de tatuar y la técnica que ha desarrollado para, mediante un juego de sombras, proyectar un pezón en 3D. "Es lo más demandado desde hace cinco o seis años", explica, quien asegura que muchas mujeres prescinden de la reconstrucción del pezón -que requiere cirugía y es siempre perceptible- en favor del tatuaje en 3D.
Por otro lado, admite, no hay mucha gente haciendo este trabajo. Y menos con experiencia en el arte del tatuaje. "La mayoría son enfermeras, ayudantes... Por mi background, soy capaz de lograr exactamente el resultado que ellas quieren", resalta quien algunos apodan el "Da Vinci de los pezones".
La tienda de Vinnie no tiene nada que ver con una clínica. Las pequeñas salas con coloridos trabajos para ser tatuados conviven con delicados lazos rosas, folletos sobre cómo afrontar el cáncer y dos gigantescos mapas con decenas de puntitos; el negro representa a una mujer; el rojo, diez; y el blanco, un centenar. Hay miles.
El tatuaje de pezones y areola le lleva a Vinnie Myers entre una hora y dos. A simple vista es uno más, con cinco o seis pigmentos básicos para dar con la tonalidad apropiada del pezón. "Cada mujer es diferente", subraya el maestro tatuador, porque influye cómo ha sido la cirugía, si hay que buscar un color que se aproxime al del otro seno en caso de que sea unilateral... Llegado el momento, la clienta pasa a una de las dos salas donde se preparan para la sesión. A cámara rápida, se concentra en fotos previas, análisis y estudio de cuerpo, elección de pigmentos, zumbido frenético de aguja eléctrica, foto de después, cuidados y a casa. "Algunas mujeres lloran al verse", explica recostado sobre una silla.
El coste de su trabajo oscila entre 600 dólares por un pecho y 900 por dos. ¿Caro? ¿barato? Depende del bolsillo, pero las clientas que han pasado por las manos de Vinnie parecen satisfechas. Por su mente circula la idea de crecer y llegar a conseguir financiación para poder hacer tatuajes gratis en sitios donde la reconstrucción de los senos apenas se práctica.
En España el sector aún está en pañales, por lo que desde la asociación Despechadas esperan que la visita de Myers sea el pistoletazo de salida para que los profesionales se formen en esta técnica crucial para las operadas de mama. Síntoma de la creciente demanda es que la Unión Nacional de Tatuadores, ante el aumento del número de mujeres que acudían a los locales de tatuajes pidiendo que les dibujaran el pezón, haya organizado un curso que se celebrará el 22 de febrero en Madrid y el 15 de marzo en Barcelona. Los organizadores están intentando que lo imparta el propio Myers.
Después de un lustro dedicado en exclusiva a los tatuajes de pezones y dado el aumento de las peticiones, el artista ha empezado a transmitir sus conocimientos. Actualmente, otras dos personas entrenadas por Myers trabajan a tiempo completo en estos diseños terapéuticos: Paul Bessette y Trent Wyzcawski. Está previsto que a finales de año se sume un miembro más al equipo, Anna, una de las hijas de Myers. Según explica el artista, el entrenamiento no es fácil. "Paul y Trent han estado casi un año, antes de hacer el primer tatuaje", apunta remarcando que tras la operación queda muy poco tejido y hay que ser extremadamente cuidadoso.
Bajo la premisa de ayudar a más mujeres, colabora con varios centros médicos como el John Hopkins en Baltimore o el de cirugía de reconstrucción de pecho en Nueva Orleans. En medio de una ola de éxito, Myers quiere mantener los pies en la tierra. "Mi misión principal es ayudar a las mujeres que han tenido cáncer de pecho", subraya el tatuador, que prefiere alejarse del marketing y de las clases magistrales para un público numeroso. Mientras, cuatro españoles esperan ansiosas a que él, el mejor, les ponga la guinda a su pastel.
'La guinda del pastel'
DESPECHADAS. "La guinda del pastel" es una campaña lanzada por la asociación Despechadas, fundada por la madrileña Cova Saras, de 33 años, quien sufrió cáncer de mama en 2013, su marido Pablo y su ex jefe, Luis. CROWDFUNDING. Despechadas ha recaudado los 10.000 euros que necesitaban para traer al España al considerado mejor tatuador de pezones del mundo, el estadounidense Vinnie Myers. CUATRO TATUADAS. Myers estará en Madrid del 22 al 25 de febrero y tatuará los pezones a cuatro operadas: la propia Cova y tres mujeres de 33 años, 40 y 50 años, una de ellas sometida a una doble mastectomía preventiva. EN LA SANIDAD PÚBLICA. Muy pocos hospitales públicos en España ofrecen el tatuaje de pezones. En la comunidad de Madrid sólo lo hace el Ramón y Cajal. La mayoría de las mujeres recurre a cirujanos plásticos y esteticistas.
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