John Connolly / TEJEDERAS ("El país")
Connolly: “Utilizar la violencia para que el bien triunfe está moralmente justificado”
El autor irlandés nos habla de sus convicciones y pasiones
Promete una larga vida a su gran personaje, el detective Charlie Parker, del que publica en España su décima entrega, 'Cuervos'
JUAN CARLOS GALINDO Madrid 18 OCT 2012
John Connolly es un hombre que busca la redención. Al igual que su gran personaje, Charlie Parker, un detective marcado para siempre por el dolor y la búsqueda del bien, el escritor irlandés cree en el sacrificio como arma para tratar de traer la justicia, “algo del otro mundo”, a un presente en el que a algunos no les vale con la ley, tan humana. Escritor lento, según él mismo reconoce, pero conversador inagotable, Connolly nos responde desde su Dublín natal tras la publicación en España de Cuervos, décima novela de la serie de Parker, en medio de la promoción de The Wrath of Angels, la siguiente (sin fecha de publicación en España) y antes de partir a Maine, EE UU, su hogar de adopción. Hablamos de periodismo, su profesión inicial, a la que recurrió para que le pagasen por escribir; de sus inicios; de su deseo de envejecer con Parker, personaje al que no ve un fin próximo, y, cómo no, de la moral y la redención. “Insisto una y otra vez en esa palabra”, asegura, “porque soy un mal católico y para mí es un concepto lleno de una gran carga espiritual”.
Pregunta: ¿Es cierto que decenas de editoriales rechazaron Todo lo que muere (editado en España por Tusquets, como toda la serie de Parker) y que le costó mucho publicarlo? Cuéntenos algo de esos inicios, de su trabajo como free lance en Irish Times, de sus viajes por EE UU...
Pasaron cinco años desde que escribí el borrador de Todo lo que muere hasta que lo vi publicado. Hoy miro para atrás y me cuesta creer que lo hiciera
Respuesta: Cuando el libro estaba por la mitad, envié los primeros tres capítulos y una sinopsis a todos y cada uno de los editores de Londres y a prácticamente todos los agentes. Solo dos aceptaron. El primer agente que me respondió fue Darley Anderson, que todavía me representa. La primera editorial en darme una respuesta positiva a medias fue Hodder & Stoughton, con los que todavía trabajo en Reino Unido. Pero como dije, el libro no estaba terminado y Hodder no dijo que lo quisiera comprar, solo que podrían estar interesados en ver el resto cuando estuviese hecho. Mi agente me aconsejó que lo terminase. Para ser sincero, estaba arruinado y bastante desesperado: había empezado en el periodismo porque era la mejor manera de ser pagado por escribir, pero nunca iba a ser un gran periodista. Exprimí mi tarjeta de crédito al máximo y planeé un viaje a EE UU con la idea de continuar con la investigación. Después, me acogí a una excedencia en el periódico y me encerré en casa, frente al ordenador, durante dos semanas, y escribí lo suficiente para tener un borrador decente. Pasaron cinco años desde que escribí el prólogo hasta que vi el libro publicado. Cinco años y 40 borradores. Miro hacia atrás y me cuesta creer que lo hiciera.
P. Charlie Parker es un personaje que decide utilizar la violencia para hacer el bien, que cae en el lado oscuro para vencer a las fuerzas que lo dominan. ¿Está moralmente justificado?
R. No estoy seguro de que Parker tome esa decisión. Es un hombre lleno de dolor y rabia, pero por otro lado tiene una gran empatía: ha sufrido tanto que es incapaz de aguantar y permitir que otros sufran de manera similar. Al mismo tiempo, actuando así, encuentra una salida para una parte de ese dolor a través de su disposición a usar la violencia cuando lo cree necesario. Sin embargo, es un hombre que busca la redención, a la que solo llegamos sacrificándonos en beneficio de otros. Y sobre si utilizar la violencia para hacer el bien está moralmente justificado o no, bueno, creo que sí lo está. Por otro lado, y siempre hay otro lado, ¿podemos combatir el mal haciendo el mal? Sospecho que no. Actuando como lo hace, Parker se arriesga a perder su alma.
P. Le han acusado de usar demasiada violencia en sus novelas y de hacerlo, en ocasiones, de manera gratuita e innecesaria. Sin embargo, otros muchos pensamos que cuadra perfectamente con el desarrollo de las tramas. ¿Qué opina?
R. Creo que cuando escribí mi primer libro estaba ansioso por que la gente viera y entendiera cómo un hombre puede llegar a estar tan traumatizado y tan lleno de dolor. Mirando hacia el pasado, sin embargo, veo que podría haber sido un poco más sutil en el prólogo. No habría costado mucho quitar una línea aquí y allá. Desde entonces, mis libros se han vuelto progresivamente menos violentos, o quizás más cuidadosos y cautelosos en el uso de la violencia. Es demasiado fácil construir un relato poniendo un cuerpo aquí y otro aquí. Eso es pornografía. En ese sentido, creo que hay una tendencia en el género a tratar de impactar al lector con las carnicerías más salvajes porque se cree que los lectores lo han visto ya todo y se han vuelto inmunes.
P. Hablando de las tramas. ¿Cómo hace creíble esa convivencia entre el nivel de lo real y de lo fantástico? ¿No tiene miedo de perder la credibilidad?
R. Los elementos sobrenaturales de los libros concentraron gran parte de las críticas en los inicios de mi carrera y aún hoy hacen sentir a disgusto a los más conservadores. Siempre me ha encantado la cita de William Gaddis en la novela JR: “Obtienes la justicia en el otro mundo. En este tienes la ley”. La novela negra o de misterio siempre ha estado incómoda con la diferencia entre la ley y la justicia. No se acepta que la justicia se pueda dejar para el otro mundo y que en este debemos conformarnos con las imperfecciones de los sistemas legales. Si llevamos a Gaddis a un extremo implica la existencia de una moral universal y una entidad que la gobierna y que es capaz de impartir justicia. Si llamamos a esa entidad Dios, entonces tiene que haber también un no Dios. En lo que se refiere a la pérdida de credibilidad, no tengo miedo. Creo que el universo de Parker está sólidamente construido y que es tangible.
La novela negra o de misterio siempre ha estado incómoda con la diferencia entre la ley y la justicia
P. A lo largo de la serie del detective se va viendo que su amor con Rachel Wolfe es imposible, que, a pesar de su idoneidad, sus cargas, su pasado y sus enemigos le alejan de la felicidad ¿No puede encontrar sosiego?
R. Si eres un hombre violento, un hombre que encuentra cierto alivio en la violencia, ¿es posible que tengas la perfecta vida familiar? Además, si eres un hombre que ha perdido a una mujer y a una hija en el pasado y siente que ha fracasado al protegerlas, ¿no tendrías la tentación de distanciarte de otra mujer y otra niña en caso de que tengas que acabar con otros hombres violentos que se acerquen? Estas son las cuestiones contra las que pelea Parker. En cierto sentido, las novelas le presentan en una doble alternativa existencial: la estabilidad que le ofrece Rachel y su hija, Sam, y la satisfacción que encuentra actuando contra las fuerzas del mal y la oscuridad, representada a su lado por los asesinos Angel y Louis (pareja de homosexuales que trabaja con Parker en sus casos. Ambos con un pasado y un presente oscuros). Son criaturas inquietantes y a medida que las novelas progresan es a ellos a quien Parker se siente más atado.
P. En cierto modo, el detective cumple con algunos cánones de la novela negra clásica y actual: personaje masculino, con cierto grado de autodestrucción, con tendencia a pasar al otro lado de la ley, sin gran respeto por las jerarquías… ¿Le ha influido especialmente algún autor de novela negra clásico o contemporáneo? Y hablando de influencias, aparte de M.R. James, ¿Qué otros autores ajenos al género le han influido?
R. Los dos autores de misterio que me han influido más son Ross Macdonald y James Lee Burke. Macdonald fue el primer gran estudioso de la empatía que generaba este tipo de novelas y James Lee Burke es el gran poeta del paisaje dentro del género, además de un escritor que me enseñó que este tipo de ficción puede aspirar al estatus de literatura, y que no hay que avergonzarse de usar elementos poéticos y metáforas. Sin ellos, no estaría escribiendo las novelas que escribo.
P. Hablemos del reverso, de los personajes eminentemente oscuros. Cyrus Naym o Mr. Pudd son la la personificación del mal, dan miedo, son pérfidos, poderosos e inteligentes pero inequívocamente malvados. Sin embargo,' El Coleccionista' siembra dudas en el lector, quiere hacer ver a Charlie que él también es un justiciero, que comparte métodos… ¿En qué se diferencia nuestro héroe de su enemigo?
R. Creo que 'El Coleccionista' es Paker llevado a un extremo. Es un hombre, o posiblemente algo más que un hombre, que cree que los malvados se definen a través de sus actos, y que tiene un deber moral, o incluso divino, de borrarlos de la faz de la Tierra. Es Parker sin la duda, sin la humanidad.
P. En sus novelas las tramas real y sobrenatural y los escenarios se entrelazan de manera compleja. ¿Las planifica?
R. No. No soy alguien que planee los libros. Normalmente conozco el inicio y, a veces, si tengo suerte, un par de incidentes o de intercambios que han de pasar después, pero normalmente lo que ocurre es que escribo la primera escena y cuando la tengo percibo una idea de cómo va a ser la segunda y así.
P. ¿Por qué eligió Maine como escenario principal de su obra? ¿Cómo consigue una representación fiel de la zona?
R. Trabajé en Maine cuando tenía poco más de veinte años; no durante mucho tiempo, pero el suficiente para darme cuenta de que me encantaba y de que quería volver. Es muy raro que vayas a un sitio y pienses, ya sabes: “siento que realmente podría ser feliz aquí”. He regresado a menudo durante los últimos veinte años y tengo una casa allí. No estoy muy seguro de que lo que presento sea una imagen fiel de Maine tanto como su versión vista a través de la bruma o la niebla. Parece que la gente de allí piensa que he captado la esencia del lugar, lo que es suficiente para creer que he elegido el camino correcto
P. Hablando de periodismo. Cuando entrevista a otros compañeros autores de novela negra, ¿qué busca? ¿Inspiración? ¿Disfrute?
R. Imagino que los entrevisto, por encima de todo, como lector. Generalmente no entrevisto a escritores cuyo trabajo no admire, aunque ha habido excepciones. Incluso en esos casos, he encontrado algo interesante acerca de los autores. Cuando entrevisté a James Lee Burke, fue principalmente porque me daba la excusa perfecta para conocerlo, y no me decepcionó. Sigue siendo uno de mis mejores recuerdos como escritor. También es una forma de atraer la atención de los lectores de periódicos sobre los escritores que amo, y al ser yo mismo un escritor y conocerlos personalmente, tener la oportunidad de ofrecer una perspectiva distinta a la de otros periodistas.
P. ¿Hay vida más allá de Charlie Parker? ¿Qué busca cuando escribe novela juvenil?
R. No toda historia puede ser contada como una novela negra, o a través de la mirada de Parker, así que intento hacer otras cosas cuando una idea me persigue. También me permite aprender otras cosas y ejercitar otros músculos y, espero, volver a Charlie Parker con energías renovadas y entusiasmado. Todos los escritores que me atraen tienen dos o tres temas que les interesan y sobre los que vuelven una y otra vez. Para mí, uno de esos temas es la infancia: los niños y la infancia juegan un papel fundamental en las novelas de Charlie Parker, en mis novelas cortas y en mis libros juveniles y El Libro de las cosas perdidas (Oniros) me dio una oportunidad de acercarme a ese tema de otra manera. No sé por qué. No tuve una infancia infeliz, aunque fui un niño triste, pero estoy fascinado por el proceso de formación de la persona durante la infancia y la adolescencia.
P. The Wrath of Angels es la 11ª novela de Charlie Parker. ¿Cuándo se agota un personaje? Personalmente he notado síntomas de cansancio en algunos momentos de la saga, pero siempre se ha revitalizado. En ese sentido, Los hombres de la guadaña, protagonizada por Angel y Louis es una vuelta de tuerca que creo sirvió para que Charlie Parker cogiese fuerzas. ¿Lo ve así? ¿Tiene un horizonte? Autores como Ian Rankin se atrevieron a jubilar a su personaje. ¿Va por el mismo camino?
R. Las novelas de Parker están escritas muy concienzudamente como una serie de manera que, si el lector las lee en orden, vea que hay una historia más prolongada en el tiempo que está teniendo lugar en los alrededores del relato. En este sentido, mis novelas tienden probablemente a tener un final en el tiempo, pero no tengo prisa por escribirlo. Me gusta mirar a través de los ojos de mi personaje y me gustaría dejarle envejecer. ¿Fatiga? Nunca he empezado un libro que no quisiese escribir, pero inevitablemente unos serán mejores que otros, y habrá lectores que prefieran unas novelas sobre otras. Lo que me reconforta es saber que los lectores no se ponen de acuerdo sobre cuál es mi peor libro. He intentado que cada libro de Parker fuera diferente del anterior y creo que en una serie de novelas, una historia es una reacción de la anterior. Así, por ejemplo, si un libro es retrospectivo y más contenido, el siguiente está más dominado por la acción y es más zigzagueante.
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