Pilar Paz Pasamar
NARCISO Y EL AGUA
Creyó ser ella misma, en
los ojos de Narciso.
Narciso, a través de
ella, se amaba y complacía.
Y el agua contemplaba
confundida su belleza
en los hermosos ojos que
siempre la ignoraron.
Pero cuando el nenúfar
apareció en su seno,
azul y oscuro como la
muerte, transformado,
quedó desposeída el agua
de lo suyo:
la fluidez, el alma, el
rostro y el espejo.
Quedó por siempre el
agua preguntándose a solas,
preguntándose siempre en
qué consistiría
aquello de ser agua…
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