Gustavo Martín Garzo
El hilo de oro
GUSTAVO MARTÍN GARZO 27/11/2010
El legado de Castilla y León a la literatura incluye nombres como Zorrilla, san Juan de la Cruz y Clarín. Una herencia continuada por Guillén, Rodríguez, Delibes, Chacel, Martín Gaite, Jiménez Lozano, Pino ...
Los buenos libros bien podrían recordar a esos tapices en que se mezclan hilos de oro sin solución de continuidad con los más comunes, y en que una hoja, una mano, un pájaro aparecen de pronto transfigurados por una puntada de luz. Convocar la palabra, hacer aparecer ese hilo de oro, es la misión de la literatura. Estos son algunos de los libros en que tal pequeño milagro se ha producido en estas tierras, durante los últimos 60 años.
Cántico
Jorge Guillén, 1950
Jorge Guillén publica la cuarta edición de Cántico en 1950. La poesía es en este libro un "diálogo entre el hombre y la creación". Guillén es el cantor del presente. Cántico es un himno del hombre al mundo, una celebración de la vida y de la presencia. "Cantar, cantar sin designio", escribe. Para Guillén no hay escisión entre el lenguaje, el pensamiento y el mundo. La poesía de Cántico es un acto de fe al mundo y a la palabra.
Jorge Guillén
Un poema de Cántico:
Plaza Mayor
Calles me conducen, calles.
¿A dónde me llevarán?
A otras esquinas suceden
Otras como si el azar
Fuese un alarife sabio
Que edificara al compás
De un caos infuso dentro
De esta plena realidad.
Calles, atrios, costanillas
Por donde los siglos van
Entre hierros y cristales,
Entre más piedra y más cal.
Decid, muros de altivez,
Tapias de serenidad,
Grises de viento y granito,
Ocres de sol y de pan:
¿Adónde aún, hacia dónde
Con los siglos tanto andar?
De pronto, cuatro son uno,
Victoria: bella unidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario