Dionisia García
Tarde de marzoAspiro a ti, poema, porque a mi vista el mar y las gaviotas,
y el rayo solar de las seis y media.
Cuando lo tengo todo, me vienes desde atrás,
como recuerdo de horizontes de tierra.
Pero es aquí donde advierto hermosura,
en el cielo, en las aguas, completamente solas,
con tenue ondulación, y apenas huellas en la playa.
Qué misterio me vienes a enseñar, qué soledad presente,
junto al alud de otras historias viejas,
deseosas de aparecer en otra vida mía.
Declina ya la luz, el faro avisa;
se confunden las aguas con el cielo.
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