Carmen Juan
“A la tierra tierra
dice que no sabe
Alejandra Pizarnik
Alejandra Pizarnik
Yo no nos pretendía así, Alejandra,
perdidas como vos
en la noche en la concha en la palabra.
perdidas como vos
en la noche en la concha en la palabra.
Yo no pretendía
el dolor el miedo
pero sobre todo
yo no pretendía
el amor, bien lo sabes.
No quería
tu genio, no quería
este quemar en el pecho.
el dolor el miedo
pero sobre todo
yo no pretendía
el amor, bien lo sabes.
No quería
tu genio, no quería
este quemar en el pecho.
Yo no pretendía
escribir pero escribo sobre
los que escriben sobre
la Muerte. La Muerte que
tontea con los hombres-poetas
porque le cantan bellos versos
al oído. Les dice —a ellos— que son
siempre el mejor jugando al juego
de letras encadenadas. Que
les ensalzará, que bordará
en la historia sus nombres. Que
les convertirá en eternos.
escribir pero escribo sobre
los que escriben sobre
la Muerte. La Muerte que
tontea con los hombres-poetas
porque le cantan bellos versos
al oído. Les dice —a ellos— que son
siempre el mejor jugando al juego
de letras encadenadas. Que
les ensalzará, que bordará
en la historia sus nombres. Que
les convertirá en eternos.
A casi todos les miente.
A ellas no, a ellas no puede. Ellas,
las mujeres-poetas que escriben sobre
la Muerte, son menos porque
a las mujeres que escriben sobre
la Muerte siempre las encierran.
A ellas les dicen que las sanarán, les dicen
que la tristeza se cura, les dicen
que el quemar en el pecho
que las clavículas rotas
que los pedazos de invierno
no son más que un error en la
dosis de los fármacos. A ellas,
las mujeres que escriben sobre
la Muerte, siempre las entierran. A ellas no.
A ellas no, a ellas no puede. Ellas,
las mujeres-poetas que escriben sobre
la Muerte, son menos porque
a las mujeres que escriben sobre
la Muerte siempre las encierran.
A ellas les dicen que las sanarán, les dicen
que la tristeza se cura, les dicen
que el quemar en el pecho
que las clavículas rotas
que los pedazos de invierno
no son más que un error en la
dosis de los fármacos. A ellas,
las mujeres que escriben sobre
la Muerte, siempre las entierran. A ellas no.
A ellos les besa en los dedos, les promete
que todo papel impreso
llevará sus nombres.
que todo papel impreso
llevará sus nombres.
A ellas las besa en la boca, las arrastra.
A ellas les dicen
locas y entonces
la Muerte se ríe un poco, pero
sus textos sí los guarda de veras porque
también la Muerte ha sido
una mujer
escribiendo
sobre la Muerte.
A ellas les dicen
locas y entonces
la Muerte se ríe un poco, pero
sus textos sí los guarda de veras porque
también la Muerte ha sido
una mujer
escribiendo
sobre la Muerte.
Ahora preferiría echar
a la tierra tierra
a la tierra cuerpo
a la tierra manos de poeta.
a la tierra tierra
a la tierra cuerpo
a la tierra manos de poeta.
Alguien
debió explicarme
que el amor es miedo es muerte
que el amor es muerte es miedo.
debió explicarme
que el amor es miedo es muerte
que el amor es muerte es miedo.
Yo no nos pretendía así, Alejandra.
Yo no quería querer yo no quería locura yo no
quería
escribir escribir escribir
sobre la Muerte.”
Yo no quería querer yo no quería locura yo no
quería
escribir escribir escribir
sobre la Muerte.”
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