José Bergamín
Al borde del precipicio
se asoma
tu corazón
como al
espejo Narciso.
Se
enamora de sí mismo
sin ver
que es imagen suya
la del
abismal vacío.
ωωω
Tengo el
alma acostumbrada
a su
tristeza mortal
y a mí ya
nada me espanta.
A mí ya
nada me espanta
porque
tengo el corazón
tan
triste como mi alma.
ωωω
Tú
tendrías que ser otra
y muy
distinta de ti
para que
yo te creyera
la misma
que te creí.
Fuente: "El País"
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