José Bergamín
La llama tiene dos sombras,
una fuera
y otra dentro:
y tú eres
como la llama
dos veces
sombra del fuego.
De sombra
es tu corazón.
De
sombra, tu pensamiento.
Y entre
los dos tú eres llama
luminosa,
sin saberlo.
ωωω
Si tú
fueras rey de bastos
y yo
fuera rey de espadas,
oros
pagarían copas
y
haríamos malas bazas.
Conque
¡hagan juego señores!
Que aquí
no hay cartón ni trampa.
Y no hay
más rey ni más Roque
que el
palo de la baraja.
ωωω
Al fin se
acabó la historia.
Y tú te
quedaste, al fin,
solo y
sin pena ni gloria.
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