Inés Alberdi
Pero, ¿dónde estaba la RAE?
INÉS ALBERDI 6 MAR 2012
¿Cómo puede sorprenderse el profesor Bosque de que para preparar una Guía de uso no sexista del lenguaje no se consulte con la Academia de la Lengua? Que yo sepa, la Academia de la Lengua tiene un récord muy pobre en esta cuestión. Lo que sorprende es que no haya sido esta institución la que se haya ocupado de darnos sugerencias para hacer un uso del lenguaje que no oculte a las mujeres.
¿Por qué la RAE no ha dicho nada hasta ahora de cómo el lenguaje español hace invisibles a las mujeres? ¿Dónde están sus análisis y sus recomendaciones para dar un uso más de acuerdo con la igualdad de género? La Academia es, como dice el profesor Bosque, la institución que debe vigilar por el buen uso de la lengua, pero esto no le ha parecido un problema o no le ha interesado.
Bienvenida sea la Academia de la Lengua a este debate en el que tendría que haber estado hace años. No necesariamente para decirnos lo que hay que hacer sino para sumar su conocimiento y su experiencia al de tantas otras personas e instituciones que conocen aspectos que también habrá que tener en cuenta.
No entiendo que el informe de la RAE se refiera constantemente al criterio de autoridad de las escritoras, olvidando que si hablamos de si la lengua hace invisibles a las mujeres este es un problema que puede ser denunciado tanto por hombres como por mujeres. Olvida que defender los derechos de las mujeres no es una cuestión femenina sino de todos.
En sus argumentos contra las guías se refiere casi exclusivamente a una de las cuestiones que estas señalan, la necesidad de hacer manifiesta la presencia femenina en cualquier colectivo al que nos estemos refiriendo, niñas y niños, padres y madres, cuestión que la lengua española oscurece a través del uso del genérico masculino. Como decía con gracia la madre de una niña del colegio de mi hija, ya hace años, las reuniones de padres eran reuniones de madres. Este es quizás el aspecto más difícil de revisar si queremos que el español no olvide a las mujeres, pero hay muchos otros. La propuesta que hacen algunas guías, de reiterar constantemente el masculino y el femenino de todo, no le gusta y lo ridiculiza. A mí tampoco, pero no me burlo porque el tema me parece muy serio. Creo que hay formas posibles de evitar esa reiteración. Por ejemplo, hablar del género humano en vez del hombre cuando se habla de la evolución. No se trata tanto de señalar con el dedo a los que abusen del genérico masculino, como tratar de enseñar a todos a hablar con mayor rigor y respeto a la igualdad de género.
La lengua es hija de la historia y por ello no debe sorprendernos que la española sea tan sexista. Casi todas las lenguas lo son e incluso el inglés, que tiene mayor flexibilidad para adaptarse a los tiempos actuales, permite usos que reflejan la superioridad de lo masculino en nuestra cultura. Un artículo publicado el mes pasado en el semanario The Economist sobre la genética del cerebro se titulaba What’s a man? (¿Qué es un hombre?) para reflexionar sobre que hace humanos a los humanos. Pues bien, yo no diría que este semanario es sexista por usar esta forma de hablar tan arraigada, pero sí les diría, como digo a mis estudiantes, que procuren reflexionar sobre cómo escriben y traten de no olvidar a las mujeres al hacerlo.
Yo no me considero sexista por decir los estudiantes pero si creo que debo esforzarme lo más posible por usar un castellano correcto y hacer un uso del mismo más integrador de lo femenino.
Inés Alberdi es catedrática de Sociología de la Universidad Complutense. Fue directora del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer.
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