Juan Vicente Piqueras
de cielo, bien cegada
de luz, bien coronada.
Las raíces hundidas en la tierra
como manos pidiéndole humedades
a la lluvia de ayer.
Y alrededor el aire,
la vida entera, todo
lo que no se comprende.
Y entre la luz del cielo de la copa
y la noche sin luz de las raíces,
el tronco que se alza, solo, áspero.
Dentro, la edad en círculos, la savia.
Fuera, la tentación de los incendios,
corteza, cicatrices,
lágrimas de resina.
de luz, bien coronada.
Las raíces hundidas en la tierra
como manos pidiéndole humedades
a la lluvia de ayer.
Y alrededor el aire,
la vida entera, todo
lo que no se comprende.
Y entre la luz del cielo de la copa
y la noche sin luz de las raíces,
el tronco que se alza, solo, áspero.
Dentro, la edad en círculos, la savia.
Fuera, la tentación de los incendios,
corteza, cicatrices,
lágrimas de resina.
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