Fernando Valverde
Alguien entra en el bosque mientras grito.
No puedo detenerlo.
Sólo existe mi voz
tan rota y tan cobarde
que cada noche vuelve a repetirse
sin que logre hacer nada.
Hay tanta incertidumbre allí en el bosque,
es tanta su espesura,
que es mejor estar quieto,
aunque la misma angustia suceda cada noche,
aunque el bosque sea yo y alguien huya de mí.
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