"Una persona tiene un gen defectuoso que produce una proteína defectuosa que no hace su papel, y eso origina una enfermedad. ¿Cómo se solucionaba hasta ahora? Con terapia génica. Se inyectaba al paciente un virus, ese virus introducía un trozo de DNA que se integraba en su genoma y expresaba la proteína correcta. ¿Cuál es la diferencia con nuestro concepto?, pues que la bacteria entra en la célula y secreta la proteína correcta sin modificar el gen. Ésa es la historia. No estamos inventando nada nuevo, es algo que la naturaleza hizo hace 3.000 millones de años con la mitocondria, que es un órgano unicelular en nuestras células y es la central que produce la energía sin la cual no podríamos vivir. Entonces era una bacteria que se integró en nuestra célula y cumple una función fundamental en la fisiología. Nosotros queremos recrear eso con otra bacteria, la Micoplasma pneumoniae, de forma que podamos controlarla y utilizarla para terapia y un montón de aplicaciones".
(Fotografía de Leila Méndez. Luis Serrano).
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