Eva Vaz
Mírate, mírate digna.
Si puedes.
Mírate y clávate tu conciencia
en la carne,
en el currículum,
en los recuerdos que
no te permites.
En la basura que te sobra.
Mírate, mírate digna.
Y calla.
O grita
sin pulmones
si ves que se te ha deformado
el espíritu
con las miserias que te comes
todos los días.
O cómo aprendiste a digerirlas
mejor que las proteínas.
Mete la cabeza en el cubo
y respira.
Mírate, mírate como puedas
si ves que los prejuicios de antes
tampoco te dejaban ser
libre
y ahora ya no son prejuicios
tus responsabilidades
y te sigue faltando el oxígeno
porque ya no tienes derecho a
gritar.
Mírate, mírate y recuerda
lo que eres,
porque cuando vuelvas a hacerlo
ya no serás lo que ves.
Pero serás más fuerte.
y podrás soportarlo.
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