En 1936 aparece una de las mejores novelas de ese escritor estadounidense cuyo nombre fue William Faulkner. Por supuesto, es la que tenemos en el título: ¡Absalón, Absalón!, que, entre otras, logró que a su autor le fuera concedido el Nobel de Literatura en 1949.
Si se es lector, si gusta la literatura, no haber leído a Faulkner es, sencillamente, haber construido una casa con un defecto estructural, por lo que caerá a tierra más pronto que tarde, inevitablemente -como todas las inevitabilidades que en literatura son-.
En el siguiente enlace, Álvaro Pombo (en "Babelia", suplemento cultural de "El País") nos habla sobre esta novela, que acaba de ser reeditada en una nueva traducción: ABSALONABSALON
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