jueves, 3 de diciembre de 2009

POESÍA. POETAS DE CÓRDOBA. Balbina Prior



Iniciamos en este blog una nueva sección, dedicada a los poetas actuales de Córdoba.
En esta primera entrada, sabremos algo sobre Balbina Prior. También podemos leer una pequeña antología poética.

Dos poemas:

En la aduana

Y cuando en la interminable cola,
perdidos ya todos tus derechos,
todos empujan indignados:
blancos primero, afros y chinos;
latinos, indios y musulmanes;
para que sus familias no sequen
sus calcetines de zurcida rabia
al viento rasante del metro
que taja todas sus gargantas.
Y según la fuerza de cada cultura
vas entrando por una puerta diferente,
puede que te admitan
por la de inmigrante, la de turista
o la de business class sin demoras.
Y nadie quiere ser el último.
Y nadie quiere esperas.
Y cuando por fin te regalan el visado
para no volver nunca más a tus raíces,
a no ser que llegues
en carro alquilado de diamantes
que admiren los vecinos,
te enseñan su forzoso idioma
para cargar contra todos tus antepasados,
que te dejaron anchas palabras pero pocos dólares,
y todo se reduce a sacar las automáticas,
escondidas desde siglos
entre tu castigada piel y las cuatro tallas más
de tus vaqueros vencidos.
Y nadie entonces se conforma,
porque no queremos
que por heterodoxos nos deporten,
pues dentro de poco nuestra cultura
no valdrá nada, y porque de todos modos,
te la arrancarán del vientre
como droga en la aduana.


Revisiones a la duda


                                                     A todas las mujeres
                                                     que padecen cáncer de mama.

Ayer me descubrieron un leviatán silencioso
que se ha alojado en mi más deseado trofeo,
aquel que desatara envidias por igualarlo,
el que despertó la codicia por poseerlo,
el que ofrecí por entero a ese amigo
y enemigo con el que comparto un solar
de sueños afiliados a lo imposible.
Y allí en el interior de mi estancia desolada,
al calor de mi seno se ovilla,
y ha decidido no marcharse sino a la fuerza.
No se irá a menos que le envíe
un bisturí de resplandeciente fuego,
obligándole a huir contra su voluntad de cobarde.
Habremos de luchar en desigual contienda:
contra su malignidad, mi fortaleza casi intacta;
contra su virulencia, toda constancia disponible;
y mi paciencia evitará su viscosa furia.
La lucha es a muerte y lo sé,
pero los tiempos han cambiado mucho,
ya hemos vencido aquellos tabúes,
intentamos construir andamios al maltrato,
estamos superando la exclusión milenaria
de la esfera pública y con suerte,
y mil revisiones a la duda,
acabaré con su mortal cabeza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy tengo mi revisión. Gracias por el poema, Balbina, y gracias a ti, Bernardo, por incluirlo en el blog.