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miércoles, 12 de enero de 2011

FÁBULA: "El ricote erudito", de Tomás de Iriarte (1750-1791)

Iriarte, por Joaquín Inza
EL RICOTE ERUDITO
   (Descubrimiento útil para los que fundan su ciencia únicamente en saber muchos títulos de libros).

Hubo un rico en Madrid (y aún dicen que era
más necio que rico),
cuya casa magnífica adornaban
muebles exquisitos.

'¡Lástima que en vivienda tan preciosa
(le dijo un amigo)
falte una librería, bello adorno
útil y precioso!'.

'Cierto (responde el otro). ¡Que esa idea
no se me haya ocurrido!...
A tiempo estamos. El salón del Norte
a este fin destino.

Que venga el ebanista y haga estantes
capaces, pulidos,
a toda costa. Luego trataremos
de comprar los libros'.

Ya tenemos estantes. 'Pues ahora,
(el buen hombre dijo),
¡echarme yo a buscar doce mil tomos!
¡No es mal ejercicio!

Perderé la chaveta, saldrán caros,
es obra de un siglo...,
pero ¿no era mejor ponerlos todos
de cartón fingido?

Ya se ve. ¿Por qué no? Para estos casos
tengo un pintorcillo.
Que escriba buenos rótulos, e imite
pasta y pergamino'.

Manos a la labor. Libros curiosos,
modernos y antiguos,
mandó pintar, y, a más de los impresos,
varios manuscritos.

El bendito señor repasó tanto
sus tomos postizos,
que aprendiendo los rótulos de muchos
se creyó erudito.

¿Pues qué más quieren los que sólo estudian
títulos de libros,
si con fingirlos de cartón pintado
les sirven lo mismo?

lunes, 8 de noviembre de 2010

FRANCÉS. RECURSOS DIDÁCTICOS. FÁBULA. "La Cigale et la Fourmi", de Jean de La Fontaine (1621-1695)

Ilustración de Grandville

La Cigale et la Fourmi

La Cigale, ayant chanté
          Tout l'Été,
Se trouva fort dépourvue
Quand la bise fut venue.
Pas un seul petit morceau
De mouche ou de vermisseau
Elle alla crier famine
Chez la Fourmi sa voisine,
La priant de lui prêter
Quelque grain pour subsister
Jusqu'à la saison nouvelle.
"Je vous paierai, lui dit-elle,
Avant l'Oût, foi d'animal,
Intérêt et principal ".
La Fourmi n'est pas prêteuse;
C'est là son moindre défaut.
"Que faisiez-vous au temps chaud?,
Dit-elle à cette emprunteuse.
-Nuit et jour à tout venant
Je chantais, ne vous déplaise.
-Vous chantiez ? J'en suis fort aise.
Eh bien : dansez maintenant".  

miércoles, 28 de octubre de 2009

LECTURA. "El abeto y el espino", fábula de Esopo


Esopo, por Velázquez. Museo del Prado.

EL ABETO Y EL ESPINO

Disputaban entre sí el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo:

-Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. ¿Cómo tienes la osadía de compararte a mí?
-¡Si recordaras -replicó el espino- las hachas y las sierras que te cortan, preferirías la suerte del espino!


A veces la fama no es conveniente.

viernes, 31 de julio de 2009

LECTURA: "El Búho que quería salvar a la humanidad", de Augusto Monterroso

EL BÚHO QUE QUERÍA SALVAR A A HUMANIDAD

En lo más intrincado de la Selva existió en tiempos lejanos un Búho que empezó a preocuparse por los demás.
En consecuencia se dio a meditar sobre las evidentes maldades que hacía el León con su poder; sobre la debilidad de la Hormiga, que era aplastada todos los días, tal vez cuanto más ocupada se hallaba; sobre la risa de la Hiena, que nunca venía al caso; sobre la Paloma, que se queja del aire que la sostiene en su vuelo; sobre la Araña, que atrapa a la Mosca y sobre la Mosca que con toda su inteligencia se deja atrapar por la Araña, y en fin, sobre todos los defectos que hacían desgraciada a la Humanidad, y se puso a pensar en la manera de remediarlos.
Pronto adquirió la costumbre de desvelarse y de salir a la calle a observar cómo se conducía la gente, y se fue llenando de conocimientos científicos y psicológicos que poco a poco iba ordenando en su pensamiento y en una pequeña libreta.
De modo que algunos años después se le desarrolló una gran facilidad para clasificar, y sabía a ciencia cierta cuándo el León iba a rugir y cuándo la Hiena se iba a reír, y lo que iba a hacer el Ratón del campo cuando visitara al de la ciudad, y lo que haría el Perro que traía una torta en la boca cuando viera reflejado en el agua el rostro de un Perro que traía una torta en la boca, y el Cuervo cuando le decían qué bonito cantaba.
Y así, concluía: “Si el León no hiciera lo que hace sino lo que hace el Caballo, y el Caballo no hiciera lo que hace sino lo que hace el León; y si la Boa no hiciera lo que hace sino lo que hace el Ternero y el Ternero no hiciera lo que hace sino lo que hace la Boa, y así hasta el infinito, la Humanidad se salvaría, dado que todos vivirían en paz y la guerra volvería a ser como en los tiempos en que no había guerra.”
Pero los otros animales no apreciaban los esfuerzos del Búho, por sabio que éste supusiera que lo suponían; antes bien pensaban que era tonto, no se daban cuenta de la profundidad de su pensamiento y seguían comiéndose unos a otros, menos el Búho, que no era comido por nadie ni se comía nunca a nadie.