lunes, 14 de diciembre de 2009

CUENTOS DE NAVIDAD. ALUMNOS/AS DE 1º ESO. "La vela mágica", de Joaquín Abad Girona



LA VELA MÁGICA
La historia comienza en una tienda de regalos de Navidad. Era mediodía, cuando el dueño empezó a preparar la tienda para poner los regalos y adornos, para que, cuando llegase la gente, estuviera todo listo. Empezó haciendo una lista de todos los objetos, y numerándolos para ponerlos en su sitio correspondiente en las
estanterías. Tenía juguetes, adornos navideños, figuras del belén,...
En el fondo del almacén, llena de polvo, se encontraba una caja de velas. El dueño no echó cuentas de ella, porque creía que era una caja vacía para tirar a la basura. Comenzó a ordenar la mercancía y a rellenar los estantes. Poco a poco, iban quedando todos los estantes llenos, pero el dueño de la tienda se dio cuenta de que
quedaba un espacio libre. Cogió la lista y la repasó minuciosamente, hasta que se dio cuenta de que faltaba algo, las velas. Se puso a pensar dónde se podrían encontrar las velas que le faltaban, y de pronto recordó la caja del almacén. Bajó a por ella y la vio allí, en aquel rincón polvoriento. El dueño abrió la caja y contó las velas que había en total, dándose cuenta de que una de ellas era diferente, era la vela mágica.
Cuando las colocó en la estantería vio que algo especial ocurría al coger la diferente, parecía que reía. No salía de su asombro y pensó:
-Esta es muy especial, me la quedo.
La vela estaba ansiosa por ocupar su lugar, ya que estaba esperando ese gran momento desde hacía mucho tiempo. Se encontraba nerviosa porque ya no estaría más en esa estantería. El dueño no
sospechaba de su poder mágico: al ser encendida cumpliría todos deseos de aquella persona que la encendiera. Llegó el día de la apertura de la tienda. El dueño la colocó en la repisa del san Pancracio. Con mucho cuidado, prendió la mecha y se dispuso a atender a los clientes, mientras pensaba: “Ojalá tenga buena venta”. La Vela de pronto se encendió con una llama más intensa y se cumplió el deseo. En cuestión de horas, las estanterías estaban vacías. Haciendo caja, sintió otra vez la risa, miró hacia la Vela que, con un guiño, le dijo:
-Gracias por escogerme, tu deseos serán cumplidos siempre.
Y así acaba la historia de la Vela mágica que fue encontrada en el fondo del almacén.

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