lunes, 14 de diciembre de 2009

CUENTOS DE NAVIDAD. ALUMNOS/AS DE 1º ESO. "La muñeca de trapo", de Dámaris Báez Conde



LA MUÑECA DE TRAPO
En el desván de los Ramírez había un viejo baúl, donde habitaba una muñeca de trapo, desde hacía muchos años.
Un día de navidad, por la tarde, subió Mariquilla al desván de su abuelo, donde encontró aquella polvorienta muñeca de trapo. Mariquilla fue corriendo a preguntarle a su abuelo de quién era aquella muñeca. Era de la madre de Mariquilla. Su abuelo le contó que era su muñeca favorita, con la que siempre jugaba. Mariquilla también le preguntó que si podía quedársela.
-Eso se lo tienes que preguntar a tu madre, le contestó.
-Vale, abuelo, se lo preguntaré, dijo ella.
Y fue a su madre a preguntárselo
-Mamá, mamá.
-¿Qué quieres, Mariquilla?, le preguntó su madre.
-Esta muñeca es tuya, ¿verdad?
-Sí, esa es mi vieja muñeca Rosita, le dijo su madre.
-¿Me la puedo quedar?, le preguntó a su madre.
-Sí, pero tienes que cuidarla como si fuera un tesoro, le dijo.
-Vale, mamá, contestó Mariquilla.
Ella se fue corriendo a lavar la muñeca de trapo, y se pasó toda la tarde jugando con ella.
Se le ocurrió una idea, y le escribió a Santa Claus una carta que decía así:
“Querido santa, mi mamá me ha regalado su vieja muñeca de trapo y me he pasado la tarde lavándola. Por eso te escribo esta carta. Quiero que me traigas ropa para la muñeca porque la suya está muy estropeada .Adiós, santa. Felices navidades”.
Cuando se hizo de noche, toda la familia de Mariquilla celebró la navidad. Después de la cena se fueron a abrir los regalos. Mariquilla se puso muy triste al ver que no le habían regalado los vestiditos que ella pidió. Su madre, al verla tan triste, se pasó toda la noche haciendo los vestidos que Mariquilla quería.
Al día siguiente, cuando estaba amaneciendo, la madre de Mariquilla la despertó y le dijo:
-Mariquilla, corre, levántate.
-¿Qué pasa, mamá?, preguntó Mariquilla.
-Es una sorpresa, le contestó su madre.
Mariquilla se llevó una grata sorpresa. Debajo del árbol de navidad había unos regalos para ella. ¡Eran los vestiditos que ella quería!
Se puso muy feliz al verlos. Se fue corriendo a su habitación con los vestidos y se los puso a su muñeca de trapo.
Y al final, tanto la niña como la muñeca de trapo se pusieron muy felices.

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