Juan Ramón Jiménez
Lamentos del débil
¡Para nada sirven
mis piernas!
¿A qué rosas de oro
me llevan?
¡El cielo está azul,
y yerran
esencias de pri-
mavera!
Caminos dorados
se alejan,
hay ríos, con naves
que sueñan,
hay pájaros verdes
que vuelan,
hay brisas de música
y seda...
Existe ya todo,
se acercan
los mundos, ¡a todo
se llega!
... Ni rosas, ni carnes,
ni estrellas...
¡Para nada sirven
mis piernas!
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